La primera vez que conocí (y pude probar) el concepto del brunch fue en 2009, el año que viví en Nueva York. El brunch, esa unión de breakfast (desayuno) y lunch (almuerzo), es toda una tradición los fines de semana, y dicen por ahí que donde fueres haz lo que vieres, así que en nuestros fines de semana ese año no perdonamos el salir a tomar el brunch a distintos sitios en NY, ya fuera por Meetpacking District, Brooklyn, Greenwich Village o el Soho.
Total, que estamos encantados de que aquí en España también se esté poniendo de moda, y por ejemplo en Madrid cada vez en más sitios organizan brunch los fines de semana. Nos gusta acercarnos al Kiosko del Pan o a Magasand, que están cerquita de casa y además son aptos para niños y muy mammaproof, pero también investigamos a veces, como cuando fuimos a probar el delicioso brunch de La Bicicleta.
Hoy os cuento cómo a veces, en casa, también podemos organizarnos fácilmente un brunch casero y rico, rico…
Lo que veis en las imágenes fue un brunch en casa totalmente improvisado… el día anterior habíamos organizado una fiesta de cumpleaños de animales para mis niños, como ya os conté. La verdad es que tengo que reconocer que siempre soy un poco exagerada con la comida, así que con las «sobras» del cumple aprovechamos para organizar un brunch en casa con mis padres, que habían venido el fin de semana.
Unas magdalenas caseras por aquí, un poco de zumo por allá… sandwiches, brownie de Oreo e incluso un buffet de quesos y ¡voilá! en 10 minutos teníamos una mesa deliciosa esperando a ser «atacada».
Ya veis que no hacen falta muchas excusas ni grandes historias para organizar un plan distinto cualquier sábado o domingo por la mañana, y creedme… ¡se disfruta un montón!
¡A por el lunes!
– Mar
PD: ¿Y vosotros, sois pro Brunch
