De pronto me he dado cuenta de que ya no me queda nada para tener a Ana en brazos… ¡y aún no he empezado a localizar y organizar las cosas! Así que, aprovechando un viaje de mi marido a Londres, le hice varios ‘encargos’ que había descubierto y sabía que aquí no encontraría (me habría gustado ver al pobre metido en Mothercare, como un auténtico pez fuera del agua… ¡gracias, gracias, gracias!)
Entre los ‘gadgets’ que me trajo está este biberón: CALMA, de Medela, específicamente pensado para madres que optan por la lactancia materna, o para aquellas que quieren intentarlo pero se ven con dificultades y tienen que ir alternándolo con el biberón.
CALMA permite la transición del pecho al biberón, y vuelta, pues su forma imita perfectamente la del pecho y, para succionar, el bebé tiene que hacer el mismo esfuerzo al que está acostumbrado. Como probablemente sabéis, uno de los problemas de la lactancia es cuando se tiene que introducir alguna toma con biberón (porque vuelves al trabajo o tienes cualquier compromiso que te impida darle una toma), pues el bebé encuentra mucho más fácil succionar la tetina y termina por no coger el pecho.
Con Blanca no tuve ningún problema, pues era una auténtica tragona y le daba exactamente igual de dónde saliera la leche, con tal de poder comer ella; pero como no sé cómo va a ser Ana… mejor estar preparados, ¿no creéis?
Más información: Calma de Medela
-María
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