Seguro que el que tenga niñas en edad escolar reconoce la conversación: «Quiero una trenza como la de Menganita». «¿Y cómo es la trenza que lleva?». «Pues, mamá, así, y luego coges aquí, y haces así, y lo pones por aquí, y queda así», al tiempo que hacen aspavientos con las dos manos y mueven el pelo de un lado a otro. Y a ti se te queda una cara de terror que no hay quien te quite, porque no tienes ni idea de a qué se refiere tu hija con esos movimientos y sabes, a ciencia cierta, que el peinado que termines haciéndole no se va a parecer ni medianamente a lo que te está pidiendo la niña, lo que significa que terminaréis yendo al colegio enfadadas la una con la otra. Ella contigo porque no has sabido entender sus explicaciones, «con lo facilitas que eran», y tú con ella por hacerte repetir el peinado tres veces, total para que siga siendo igual de poco parecido al de Menganita. Venga, va, confesad…
En mi caso, la reina de los peinados imposibles es Ana, que siempre se levanta con una nueva ocurrencia y, como la niña es de ideas fijas, pues más de una vez terminamos saliendo de casa con la cara hasta el suelo de enfado. Y que conste que hago lo que puedo, y mi repertorio de peinados mejora a pasos agigantados, pero hay cosas que se me escapan. Bueno, eso, y que ella quiere llevar el pelo lo más suelto posible al colegio y yo pretendo que lo lleve lo más recogido posible para evitar inquilinos indeseados… Así que hemos decidido ponerle remedio y este fin de semana quedamos con la genial Marieta Hairstyle para que nos diera algunos tips y trucos infalibles para peinar a las niñas y, desde luego, en mi casa ya hay peinado estrella: este recogido en trenza que, aunque no os lo creáis, es bien facilito. ¿Queréis ver cómo se hace?
Hay que empezar recogiendo el pelo en dos trenzas. El método es el mismo que el de las trenzas de raíz, pero empezando desde los laterales de la cabeza. Por si no habéis hecho nunca una trenza de raíz, lo que hay que hacer es ir añadiendo mechones de pelo de arriba y abajo a medida que vais trenzando, de manera que la trenza siga siempre la línea de la cabeza.
Cuando llegáis hacia la mitad de la cabeza, termináis la trenza siguiendo el método «tradicional», es decir, sin añadir más mechones de pelo a la trenza.
Lo importante aquí es que la trenza llegue totalmente hasta el final del pelo, para que luego no se deshaga el peinado; de hecho, uno de los trucos que nos dio Marieta es que, si veis que os estáis quedando sin pelo en uno de los lados de la trenza, paséis un poco de pelo del lado que más tenga para poder seguir trenzando; da igual que el resultado no sea el mejor, porque esa parte va a ir escondida después, lo importante es llegar bien hasta el final.
Una vez terminada la primera trenza, hacéis lo mismo con el otro lado de la cabeza. E igual: muy importante llegar hasta el final del pelo.
Hasta aquí todo bien, ¿verdad? Pues ahora viene «el remate final»:
Cruzáis las trenzas y dobláis hacia dentro la parte del final de cada una de ellas (esa que decíamos antes que no importaba que hubiera quedado un poco más chuchurría), de manera que quede oculta por el propio pelo.
Muy importante para poner las horquillas: siempre se ponen de abajo hacia arriba, es decir, haciendo un poco de palanca para que se queden fijas.
Y lo mismo con el otro lado. Et voilà!
¿Es o no es fácil? ¡De verdad que tenéis que probar a hacerla! Mi hija está emocionada con el recogido, ¡y yo más, de saber que no lleva ni un pelo suelto!
Marieta, que conste que eres el ídolo de mi hija Ana… ¡desde que te conoció me pregunta todos los días que cuándo volvemos a quedar contigo! Jajaja.
Y al resto, ¿vuestras hijas son igual de presumidas que la mía, o tenéis más suerte y se conforman con una simple coleta? ¿Algún peinado especialmente recurrente que queráis compartir con nosotras?
-María