Éste es uno de los mejores descubrimientos culinarios que hice en Nueva York durante el año que estuve viviendo allí. Hace algún tiempo que el brunch se ha puesto también de moda en España, pero en 2009 prácticamente era un concepto desconocido aquí. En cambio, en Nueva York ya era toda una tradición del fin de semana, y mi marido y yo enseguida nos unimos a la tradición descubriendo cada fin de semana nuevos sitios como la Kitchenette, Fig and Olive o The Standard Grill.
Yo soy de ideas fijas, y así como Jose siempre probaba nuevos platos, yo era fiel a los Huevos Benedictine, que allí preparan en casi todos sitios con English Muffins (unos panecillos de origen inglés y de ahí su nombre), bacon o salmón (yo soy más de bacon), huevo poché y salsa holandesa… ¡¡sólo de escribir cómo se hacen ya me apetece comérmelos!
El caso es que el otro día se me antojaron estos panecillos, pero no fui capaz de encontrarlos en los supermercados (¿alguien sabe dónde encontrarlos?), así que busqué una receta para hacer English Muffins caseros y dicho y hecho: al día siguiente desayuné con mis panecillos.
La receta es sencilla, el único “rollo” es esperar los tiempos de levado (nada que ver con la mejor receta de pan del mundo, en la que se mezclan los ingredientes y va directo al horno). En Directo al Paladar podéis encontrar la receta que utilicé, en la que viene muy bien explicado el paso a paso, El resultado, unos panecillos buenísimos, aunque no lo voy a negar… en Nueva York me sabían aún mejor 😉
– Mar
PD: La mejor receta de pan casero del mundo (y la más rápida) y sitios para visitar en Nueva York con niños recomendados por mi querida amiga Marianne.
