Aprovechando que la bodega de mi familia está muy cerca de Peñafiel, el fin de semana pasado decidimos hacer una escapada para visitar el castillo, que es una maravilla, y aloja el Museo del Vino, y al que nunca habíamos ido con los niños. La verdad es que al final decidimos no hacer la visita guiada completa, que dura 45 minutos, porque eran las 4 de la tarde (y hacía un calor infernal) e íbamos con Bosco, que no parecía muy por la labor de aguantar la visita entera, así que nos limitamos a subir a la zona abierta y pasear por los alrededores del castillo, cosa que ya de por sí les encantó, pero las niñas, sobre todo la mayor, se quedaron con ganas de verlo todo entero y he prometido llevarlas de vuelta.
Si no habéis ido nunca, y no lleváis niños demasiado pequeños, el plan merece la pena: el castillo, que se ve en lo alto de Peñafiel, es una imponente fortaleza con forma de barco muy bien conservada, y cuyas vistas desde lo alto merecen mucho la pena. En el Museo del Vino, además, os enseñan la historia del vino de manera muy sencilla, por lo que es perfecto para ir con niños.
Este fin de semana, además, ha sido el fin de semana de los bichos: se hicieron con un bote y fueron llenándolo con todos los bichos habidos y por haber, a los que marearon como a nadie durante todo el día y a los que solté de noche, cuando ya dormían, porque me daba una pena horrible en el bote, a disposición de mis «delicados» hijos… Así que podéis imaginaros que la visita al castillo nos dio juego para llevarnos varios bichos más en el bote: mariquitas y bichos bola principalmente, aunque también cayó algún gusano y una especie de cucaracha (repugnante, dicho sea de paso. Lo siento pero no puedo con ellas…)
¿Conocéis Peñafiel? ¿Y algún otro castillo a una distancia prudente desde Madrid? Me parecen un planazo para ir con niños, porque siempre les llama la atención y es fácil aprovechar para explicarles algo de historia… e inventarse nuevas historietas a las que primero escuchan con cara de asombro para terminar mirándote con incredulidad y pasar a completarla hasta hacerla aún más fantasiosa (creo que es una de nuestras mayores diversiones: inventar historias que ellas terminan completando cuando se dan cuenta de que nos lo estamos inventando todo jajaja).
-María