[Probado] Silla de paseo ligera Koelstra

Me acaban de regalar la silla de paseo Simba, de la marca holandesa Koelstra y estoy como loca con ella.

Antes de entrar más en detalles: esta silla de segunda edad está fabricada en aluminio ligero y pesa tan solo 6,1 kg., tiene un plegado muy compacto de tipo paraguas, su respaldo se reclina por completo (y por tanto puede utilizarse desde el nacimiento), ¡y hay 7 colores entre los que elegir!

Pero mejor os la cuento a fondo…

Como todas las sillas, llega plegada (muy compacta, por cierto) dentro de su caja, así que lo primero en que nos fijamos es que el mecanismo es muy sencillo: tiene un tope de seguridad a la izquierda para poder levantarla sin miedo a que se abra sin querer; lo quitas, tiras del manillar, pisas con el pie en el centro de la cruceta, ¡y listo! Tres movimientos rápidos, suaves y lógicos. Ya que estamos viendo la parte de atrás, el freno es de pie, pero está junto a las ruedas (no como la MacLaren, por ejemplo, que lo tiene en la misma cruceta que usas para plegarla): ¡punto a favor! Las ruedas delanteras son pivotantes, aunque se pueden dejar fijas accionando el pedal.

La rodeamos para verla de frente… ¡y nos encanta! Cuenta con un arnés de cinco puntos de fijación regulable en altura y protectores para los hombros. Otra cosa que nos ha gustado mucho es que las cinchas del pecho se desenganchan con un clip de las de la cintura, muy útil para poner y quitar sacos o colchonetas (vuelvo a compararla con la MacLaren: hay que levantar una pestañita -que al principio ni siquiera ves- y te las ves y te las deseas para sacar la cinta).

El asiento se reclina por completo, pulsando para ello los topes a cada lado de la silla como en casi todas las de este tipo. Y aquí llega nuestro primer punto a mejorar: el mecanismo se queda un pelín enganchado, lo que impide que el movimiento se haga suavemente sino algo brusco (no lo suficiente como para despertar a un bebé que duerma, pero sí para hacerlo incómodo).

El reposapiés se regula también; para ello, hay que colocarse de frente y meter los dos dedos índice en los laterales de la parte inferior, donde encontraréis un hueco del que tirar hacia vosotros. Lo explico así porque al principio nos costó encontrarlo, y las instrucciones no son muy claras al respecto, pero una vez descubierto el mecanismo es muy fácil.

La capota es muy amplia. En la web pone tiene un segundo pliegue interior que se saca para hacerla más amplia aún, para los típicos momentos en molesta el sol de la tarde, pero lo cierto es que mi sillita no la tiene… Para colocar la capota, hay que encajar las piezas con clip de cada punta de la capota en los tornillos que encontraréis a media altura de la estructura, y tirar hacia abajo para fijarla. Fácil y rápido. Por la parte de atrás, la capota tiene una tela para seguir cubriendo al niño cuando se reclina el asiento y una ventanilla para ver al niño en todo momento.

Tiene dos manillares ergonómicos y una cesta portaobjetos bastante amplia.

En cuanto a la silla en movimiento: es muy ligera y se maneja fácilmente y con suavidad; gira sin problemas; cabe con holgura por todas las puertas que he probado; la suspensión es lo suficientemente buena para amortiguar los terrenos rugosos, ¡aunque no esperéis que vuestro hijo duerma plácidamente si lo metéis por toda una calzada romana! 

Hemos comparado la Koelstra con la Maclaren Quest, pues parece que todo el mundo tiene esta última, y Koelstra es un pelín más estrecha que Maclaren, y su manillar es más alto (perfecto para padres altos).

En resumen: nos ha parecido una muy buena opción a la hora de escoger entre todas las sillas ligeras que hay en el mercado.

– María