Cómo recuperar el abdomen después del embarazo

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Creo que la mayor preocupación con relación a nuestro cuerpo una vez somos madres recae sobre la zona abdominal. Y ahora… ¿qué hacemos? ¿cómo recuperar el abdomen después del embarazo? ¿volverá a su estado original? La respuesta es… ¡SÍ! Y si te lo propones puedes conseguir estar incluso mejor; como ya comenté en el post anterior, ser madre no es sinónimo de tener tripita: así que no te engañes, no tiene por qué ser parte del pack.

Me imagino que algunas de vosotras ya conoceréis el dicho “los abdominales se preparan en la cocina”, y no existe mayor verdad que ésa.

La mayoría de las personas creen que conseguir que su abdomen llegue a ser como una “tableta de chocolate” pasa por hacer unas 1000 abdominales diarias. Si eres una de ellas, creo que es buen momento para reconsiderarlo, vas a estar todo el día haciendo abdominales y no vas a conseguir llegar cerca de tu objetivo. Si en vez de ello llevas una dieta sana y equilibrada, tendrás el 70% del camino recorrido (hablaremos más sobre esto en el siguiente post), ahora bien, el 30% restante tenemos que conseguirlo ejercitando y fortaleciendo nuestros músculos abdominales.

I think the biggest concern regarding our bodies once we become a mother is the abdominal area. I remember looking myself in the mirror and asking: what now? Will that flabby mess ever going back to its place? The answer is YES! And can look ever better than it used to be if you want to; as I said in the previous post, being a mother is not synonymous of having a little jiggly belly, it does not have to be part of the motherhood pack!
 

I am pretty sure, most of you have heard the saying «abs are made in the kitchen», and there is no greater truth than that. A lot of people believe that in order to get a six pack, you need to do at least 1000 sit-ups a day. If you’re one of them, It´s time to reconsider it, you’re going to spend all day doing sit-ups and you won´t get even close to your goal. If you have a healthy and balanced diet, you already got 70% of the way (I will talk more about it in the next post) however, the remaining 30% you will get by exercising and strengthening your abdominal muscles.

Como es lógico, creo que antes del aspecto físico lo principal es la propia salud, y por ello lo primero que debemos hacer es tener mucho cuidado antes de empezar a ejercitar la zona abdominal para recuperar el abdomen después del embarazo, principalmente para aquellas que hayan sido madres recientemente.

El cuidado del suelo pélvico debe de ser la prioridad número 1 para aquellas madres que quieran cuidarse; y ¿por qué no combinar el cuidado del suelo pélvico con lucir abdominales?

Al nacer Lola, fui durante un tiempo a una clínica especializada en el cuidado del suelo pélvico, allí me ensañaron las técnicas hipopresivas. No sé si estáis familiarizadas con la metodología (muchas de vosotras tal vez sí); las técnicas hipopresivas fueron creadas por el doctor en ciencias de la motricidad y especializado en rehabilitación Marcel Caufriez que, a través de su dedicación a la reeducación uro-ginecológica se dio cuenta de que los abdominales tradicionales, en el post parto, perjudicaban el suelo pélvico en el postparto acentuando los problemas de incontinencia urinaria, prolapsos, diástasis…

Se trata de un ejercicio que combina posición y respiración, ya que se realiza en apnea o deuda de oxígeno, es el más recomendado para recuperar una tripa plana y dicen que mejora la vida sexual 😀 (para leer más sobre a técnica hipopresiva y sobre sus beneficios)

Y entonces llegaste tú…

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… y volviste a robarme el corazoncito

Contigo volvieron los despertares nocturnos y las ojeras permanentes, aunque no te imaginas lo poquísimo que me importan porque estás hecho un bombón y en realidad son más culpa mía que tuya, que eres el tercero y yo sigo sin saber bajar el ritmo y descansar.

Contigo he vuelto a sentir esa sensación de amor a primera vista que tanto me sorprendió con Blanca, volvió a pillarme por sorpresa con Ana y me ha vuelto a coger desprevenida esta tercera vez. ¿Cómo puede uno enamorarse tan perdidamente en un microsegundo?

Contigo volvieron las preocupaciones de madre primeriza porque tus hermanas te llenan de besos y abrazos, y tú ya estás pasando tu primer gran resfriado.

Contigo vuelvo a disfrutar de los ratos perdidos observándote. Horas y horas observando tus «pies y manitas de viejo», como dice tu hermana, esos dedos largos y esos ojos enormes que me miran sin terminar de enfocarme aún. 

39 semanas y media…

Embarazo 40 semanas - Útero irritable

… y aquí seguimos, esperando a que la pequeñaja se decida a salir. Cuando os hablé de mi útero irritable ya os conté que después de tener amenaza de parto prematuro en mis dos primeros embarazos, en ambos no sólo llegué a término, sino que pasé de las 40 semanas. Y salvo sorpresa inesperada hoy (permitidme que lo dude porque me encuentro demasiado bien), con este embarazo también me voy a pasar, ya que oficialmente mañana salgo de cuentas y como os digo, la pequeña Adriana no se decide a venir a conocernos.

Que conste que esta vez no la esperaba hasta la semana 40, dadas mis experiencias anteriores. Vamos, que para disgusto de mi madre (que me pregunta esperanzada cada día), todavía no he preparado ni la bolsa del hospital (mis cosas, las del bebé ya se ha encargado ella de prepararlas, ¡gracias madre!), ni la cunita, y todo para que el embarazo no se me hiciera eterno. Y parece que tenía razón en no esperarla antes porque, como os digo, por ahora no tengo el más mínimo síntoma de que vaya a ponerme de parto pronto.

Mi útero irritable y yo

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Estaba en el trabajo y de repente empecé a encontrarme mal. Sentía escalofríos, dolor en las lumbares y tenía náuseas. Hasta ese momento todo había ido perfectamente. Embarazada de 19 semanas y casi ni una náusea, ni vómitos, nada. Era mi primer embarazo y todo estaba saliendo perfectamente. Una compañera, que era mamá, me vio mala cara y me preguntó qué me pasaba. Le dije que me sentía mal, pero que no me dolía nada en particular. Sólo que me encontraba mal. Como cuando tienes la regla, le dije. Eso es una contracción, me contestó. Así que díselo al ginecólogo. ¿Una contracción? No me dolía la barriga, ¿cómo iba a ser una contracción? No obstante, y por aquello de que más vale prevenir, seguí su recomendación y se lo dije a mi médico, quién me confirmó que efectivamente podrían ser contracciones y que bajase el ritmo de trabajo.

Eso era complicado. Llevaba semanas terminando de trabajar a las 2 y a las 3 de la mañana diariamente, no os voy a engañar. El caso es que la semana siguiente, tambíen en el trabajo y a eso de las 10 de la noche, empecé a notar que la barriga se me ponía dura y luego se ablandaba. No me dolía nada. No me encontraba mal. Al principio pensé que el bebé se movía y por eso se me ponía más dura, pero tengo una prima que tuvo muchas contracciones durante el embarazo y empecé a pensar que quizás fuesen contracciones. Se lo comenté a uno de mis jefes, con los que estaba trabajando, y me preguntó que cada cuanto me pasaba. Yo qué sé. Estaba trabajando como una loca, no lo había medido. Empecé a medirlo y era cada 15 minutos, así que me dijo que me fuese directa a Urgencias. La verdad es que no creía que fuese necesario, porque me encontraba perfectamente y no me dolía nada, pero tampoco quería “jugármela”, así que llamé a mi marido y me fui a Urgencias.

Donde caben dos caben tres…

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… o, al menos, eso es lo que esperamos María y yo… porque aunque muchos ya lo sabréis porque lo hemos contado en nuestras respectivas cuentas de Instagram (maria_bebestilo y mar_bebestilo), y también a a los participantes de los cursos de Hello! Creatividad, hemos caído en que con esto de ir corriendo a todas partes e intentar llevar mil historias hacia delante aún no os lo habíamos contado «oficialmente» en Bebestilo: y sí, supongo que ya os lo imaginaréis… ambas estamos embarazadas ¡del tercero! Y no, prometemos solemnemente que no nos hemos puesto de acuerdo. Yo (Mar) ya estoy de 7 meses y mi barriga parece una gran pelota de baloncesto a estas alturas, y María está embarazada de 6 meses.

Cuando la gente se entera de que estamos embarazadas de nuestro tercer hijo suelen decir algo así como: «¡Qué valientes!«, pero en sus caras se refleja que claramente están pensando algo más parecido a: «¡Qué locas!» (también hay quien se atreve a decir esto último, no creáis). El caso es que nosotras estamos FELICES. Da vértigo, claro que sí. Nuestro lío habitual va a multiplicarse, las ojeras van a llegar directamente al suelo y tendremos días mejores y días menos buenos, pero no os imagináis las ganas que tenemos de verles la carita a nuestros nuevos babies, y casi más de ver cómo los reciben sus hermanitos. Ambas venimos de familias numerosas y siempre hemos tenido claro que queríamos una casa llena de niños, y parece que ese sueño se está cumpliendo (aviso a navegantes: con tres las casas ya van a estar bastante llenas, al menos por ahora :P)

El milagro de la vida y la reproducción asistida

Hace no mucho nos llegó un e-mail con la siguiente invitación: ¿queréis vivir en directo cómo nace la vida? La propuesta llegaba de mano de María Laguna, community manager de las clínicas IVI, y desde mi punto de vista no podía ser más interesante: nos invitaban a ser testigos de lo que significa un tratamiento de reproducción asistida. De principio a fin. Contemplar en directo cómo se extraen los óvulos, se fecundan, cómo se desarrolla en una incubadora el embrión. Sin saber muy bien cómo iba a cuadrar las fechas, enseguida le escribí un e-mail diciéndole que contase conmigo, porque sin duda quería ser testigo de cómo nace la vida.

Vaya por delante que sin estar en absoluto en contra de ellos, éste no es un post patrocinado. Es un post que escribo porque me apetece escribir sobre la reproducción asistida y sobre cómo viví la experiencia de ver trabajar a los profesionales que trabajan en las clínicas IVI. Porque pese a ser cada día más frecuentes, creo que todavía existe un cierto tabú en la sociedad cuando se habla de los tratamientos de fertilidad, y porque creo que hay que romper ese tabú y porque ninguna mujer u hombre debería avergonzarse jamás por recurrir a los avances de la ciencia para lograr ese sueño que la gran mayoría de los seres humanos tenemos: ser padres.

Diario de una embarazada: semana 36

diario de una embarazada

¡Cuánto tiempo sin vernos! No, no he tenido el embarazo más largo del mundo….Nicolás está con nosotros desde el 20 de Septiembre del 2012 pero parece que ahora los días tienen 12 horas en lugar de 24. Me recuerda mucho a los comentarios que Mar y Maria suelen decirnos en sus posts…

Les cuento como fueron las últimas semanas, semanas que no deberían de haber sido las ultimas, ¡Nicolás se adelantó 1 mes! La semana 32 fue muy tranquila, estuve bastante pesada, mis pies se empezaron a hinchar más de la cuenta y tuve que dejar de usar tacones… sí, ¡seguía usando tacones! Mi cuerpo agradeció que me pasase al zapato plano porque los dolores de ciática eran ya más constantes.

Viéndolo ahora con más perspectiva les recomiendo preparar el bolso para el hospital con más de un mes de antelación; yo lo hice gracias a la insistencia de mi suegra que ya se ponía nerviosa de verme semejante tripa, sin nada organizado, y diciéndole: «…pero Pilar, si falta un mes y medio todavía…». Al final fue un timing perfecto porque a la semana de haberlo armado una noche tranquila, a las dos de la mañana, comenzó el momento más feliz de mi vida.

¡Bienvenido al mundo, Nicolás!

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A todos los que seguís nuestro Diario de una embarazada ¡¡os alegrará saber que Nicolás ya está aquí!! Vino al mundo el jueves a las 3 de la tarde, un mes antes de lo previsto pero sano y fuerte como un torete. Tanto Sol como el bebé están muy bien, disfrutando el uno del otro y dejándose mimar por Gonzalo, que es lo que toca ahora.

Desde Bebestilo, ¡enhorabuena, chicos, y miles de millones de besos!

-Mar y María

Diario de una embarazada: 28 semanas

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Estuve leyendo mis relatos durante esta aventura que llamamos embarazo, el primero fue en la semana 8 y ya llegué a la 28. ¡Qué impresión cómo vuela el tiempo! Nunca pensé que mi panza tomaría semejantes dimensiones… por suerte me siento bien aunque ya mi agilidad empieza a ser cada día más reducida. Hace poco paseando viendo cosas para el bebé me vi de reojo reflejada en un vidrio y qué sorpresa me di, ¡no paraba de reírme! Sin duda todavía no soy consciente de cómo va cambiando mi cuerpo, me sigo sintiendo fenomenal y creo que sigo igual que antes del embarazo pero con un poco de panza… pero no es tan así…

Diario de una embarazada: 24 semanas

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Ya estamos con un pie en el tercer trimestre de embarazo y todo marcha fenómeno. La panza sigue creciendo como es debido y yo a la par. ¡Nicolás ya pesa un kilo! Así que creo que es momento de empezar a cuidar un poco más esta panza divina que ya ¡parece un melón!

Para esto, a la crema anti estrías que ya vengo usando le sumé una faja para que me ayude un poco a sostener la panza. Sé que va a seguir creciendo mucho pero mejor que ayude lo máximo posible a evitar estrías porque cuando salen no se van más. Muchas mamás me recomendaron que todo lo que haga para evitar estrías ahora lo siga haciendo luego de dar a luz porque siguen saliendo. ¡Así que ojo!