Viajes inolvidables: Praga, mi abuela y mis primas

201510_Praga-106

Creo que no es la primera vez que os cuento que tengo una abuela a la que adoro y cuya vitalidad envidio, o que tengo la inmensa suerte de disfrutar de una familia enorme (y que me ha valido más de unas risas por parte de Mar, que dice que siempre que hablamos de alguien termina siendo familiar mío, o amigo de algún familiar), y es que sólo por el lado de mi madre somos 22 primos. Justo antes de verano, mi abuela, a la que le encanta viajar, dijo que quería llevarnos de viaje a sus nietas… ¡y ha sido una pasada! Conseguimos ponernos todas de acuerdo en la fecha, cosa bastante inédita ya por sí, y ella eligió el destino: Praga. No conocía la ciudad y he de decir que me enamoró por completo: la arquitectura de sus edificios, esa luz que lo envuelve todo, el puente de Carlos, el teatro negro, el reloj, su castillo, el barrio judío, el empedrado de sus calles, los tranvías… pero lo que más me gustó, sin duda, fue poder disfrutar de un fin de semana entero con ellas. 

Tres niños y un perro

3ninosy1perro

Imagen

Tanto a mi marido como a mí nos gustan los perros. Siempre nos han gustado. Mi marido tuvo una perra collie, Nala, a la que adoraban, y en mi casa los últimos 15 años siempre ha habido uno o dos labradores: Syrah, Baco, Tinta y Mencía, y, ahora, Zeta. Y, desde ayer, sus cachorros. Nueve. Ahí es nada. No buscábamos cruzarla, ¡ni de broma!, ya vivimos la experiencia de la camada de 10 cachorros que tuvo Syrah y, la verdad, aunque es precioso verlos a todos corretear y jugar, dan muchísimo trabajo y hay que estar muy dispuestos a tenerlos por casa mientras tienen que estar con su madre (¡bravo por mi madre, que se dejó convencer aquella vez!). Pero el caso es que ayer Zeta paría nueve cachorritos comestibles y a mí me entran unas ganas tremendas de llevarme uno a casa. Claro que luego lo pienso fríamente: ¿tres niños y un perro? ¿en un piso?, y me echo un poco para atrás… Y después pienso en cómo disfruta Bosco con los perros, en la carita de Ana y sus «porfa, porfa, porfa, porfa»… y en que a Blanca le vendría bien tener uno para perderles el miedo, que no terminan de emocionarle… y vuelvo a envalentonarme. Siempre hemos dicho que queríamos tener perro, aunque no sé si aún son un poco pequeños los niños. En parte creo que debería aprovechar la oportunidad de tener en casa a un hijo de Zeta y Baco… y en parte sé que me estoy metiendo en la boca del lobo yo solita, y que sería como tener otro bebé en casa. Vamos, que aquí ando que no sé bien qué hacer. ¡Y lo peor es que sé que Alfonso está igual que yo! Jajaja.

¿Tenéis o habéis tenido perro? ¿Os lo habéis planteado alguna vez? Si lo tenéis, ¿os habéis arrepentido de que os consiguieran convencer? Ay, qué lío… 🙂

-María

 

El café del viernes + Con que hiciéramos la mitad…

Cada viernes en Bebestilo nos tomamos un café virtual con todas las personas que hay al otro lado de la pantalla, ¿coges tu café y te lo tomas con nosotras?

Si estuviéramos tomando un café os contaría que ayer mi amiga Mónica me envió este vídeo y supe, inmediatamente, que tenía que compartirlo con vosotros. Llamadme sensiblona y facilona, pero el vídeo me ha llegado al alma y es que… con que hiciéramos la mitad de lo que hace el chico seríamos todos mucho más felices, ¿o no? Es tan fácil quejarse de todo, protestar e indignarse, y nos cuesta tanto echar un cable desinteresadamente al de al lado… Y ojo, que me incluyo, ¿eh?, que vamos todos tan a la carrera siempre que se nos olvida que tenemos una vida, y que hay que disfrutarla.