¡Extra, extra! Cuando aprender a leer les cuesta

lectura y problemas de aprendizaje

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Que cada niño es un mundo es algo que creo que, a estas alturas, todo el que tenga hijos sabe bien. Si, además, tienes más de un hijo, es algo que constatas cada día, desde que nacen prácticamente: poco importa lo mucho o poco que crees que se parezcan, la mucha o poca diferencia de edad que se lleven, cada día te demuestran que cada uno es único, ¿o no? Personalmente, creo que es una de las cosas que más me cuesta de la maternidad: comprender que cada uno de mis hijos tiene unas necesidades distintas, y tratar de cubrirlas.

Y este año, aunque hemos empezado con buenísimo pie el curso escolar, me encuentro más a menudo de lo que me gustaría «peleando» con mi mediana (léanse bien las comillas, que estoy en modo muy zen y yo ya no me peleo con nadie) para que lea dos frases al día: no puede con ello, no le motiva nada y le cuesta horrores, o eso cree ella, así que el simple hecho de coger un libro se convierte en una cara hasta el suelo y pereza absoluta. Yo me debato cada día entre dejarla en paz, a su aire, o animarla a leer aunque sea una palabra al día y que vea, poco a poco, que ella claro que puede, que sabe leer de sobra y que, con un poquito de esfuerzo por parte de las dos, conseguiremos recuperar la ilusión en la lectura.

Como cada día cambio de opinión, porque no me queda claro nunca qué es lo mejor en estos casos, he decidido entregarme yo también a la lectura y os traigo aquí un poco de research por si estáis en una situación parecida y os ayuda:

  1. Este post sobre cómo fomentar la autoestimahacer que tu hijo recupere la confianza en que sabe leer. Está en inglés, pero creo que merece la pena.
  2. Aquí explican muy bien el proceso que siguen los niños para leer, y en qué debes fijarte para saber si es posible que tu hijo tenga dislexia.
  3. El post que escribí hace tiempo, cuando la mayor se soltó a leer, y que me recuerda que llegará el día, antes o después, en que haga «clic» en su cabeza y de pronto coger un libro le parezca apasionante y no un estrés. Tiempo al tiempo.
  4. Este otro post, en inglés también, con ideas para acercar la lectura a niños especialmente movidos y que a mi hija le va «al pelo».
  5. Y, para terminar, el libro Psicología de la lectura, de Fernando Cuetos, referente nacional en psicología del lenguaje y problemas de aprendizaje como la dislexia, y que hace mucho hincapié en que cuanto antes se detecten los problemas de aprendizaje, mejor y más fácil será la solución.

¿Y vosotros? ¿Cómo os habéis iniciado en el mundo de la lectura? 

-María

«Un caracol nunca está solo», el cuento solidario

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El post de hoy es uno de esos casos en los que te das cuenta de las maravillas del mundo 2.0, de las posibilidades que tiene y las alegrías que te puede llegar a dar. Hace algo más de un año, Raquel de Petit-On nos mandó un e-mail a varias bloggers con una idea en mente: que hiciéramos una especie de cadena para que nuestros hijos escribieran un mini cuento, y que luego publicaríamos en nuestros blogs. La idea nos encantó, no vamos a negarlo, como todas las que nos propone la genial Raquel: uno de nuestros hijos empezaría el libro con una frase, que luego se le pasaba al siguiente para que sus hijos escribieran otra frase… y así entre todos hacer un mini cuento que pudiéramos publicar después y que a los niños les hiciera gracia. 

Carol, Martina y Alonso (Hadas y Cuscús), María y Nico (Escarabajos, bichos y mariposas), Lucía, Lino y Bosco (baballa), Marta y Lucía (Una mamá Diseñadora), Bea y Martina (Con botas de agua), María José y Jorge (Blog moda bebé). Marta y Nil (Mamás molonas), Cristina y Biel (Kireei), Patricia y Pedro (Decopeques), Raquel, Victor y Mireia (Petit-on), Mar y yo, con nuestros niños, nos lanzamos de cabeza pensando en que podía ser una experiencia divertida para los niños.

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Pero cuando Raquel por fin tuvo el libro completo le pareció tan bonito que le dio pena que se quedara en un post más, así que se embarcó en la locura de ilustrarlo (¡gracias, Marta!), maquetarlo y editarlo para que viera la luz con un único fin: donar íntegramente lo recaudado a una ONG que ayudara a los niños.

Y esa es la verdadera magia de este proyecto: sería un cuento escrito por niños, y para los niños. Un cuento solidario.

Juegaterapia fue la fundación elegida por la gran labor que hacen con los niños enfermos. Bugaboo, el sponsor que necesitábamos para que los beneficios fueran íntegros, pero de verdad, a la fundación.

Y ahora, lo importante: ¿cómo podéis comprarlo? Del 1 al 30 de junio se venderá el libro en formato digital a través de este enlace, por tan sólo 2,99€. Venga, va, ¿de verdad no vais a ir corriendo a comprarlo?

Si, además, queréis contribuir a la causa con un importe algo más significativo, durante esta semana se subastarán 11 ejemplares en formato papel para que podáis leerlo y releerlo con vuestros hijos, sabiendo que vuestro dinero ha ido a un gran fin 🙂

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Y que conste que no es porque lo hayan escrito nuestros niños (orgullo de madre, qué le vamos a hacer) pero el resultado es un libro precioso que habla de lo más importante a esas edades: la amistad.

¿Qué? ¿Nos ayudáis a difundirlo y a hacer que se vendan mucho, muchos ejemplares para ayudar a Juegaterapia? 

-Mar y María

Aprendiz de lectora

la hora del cuento

Cuando, en la primera tutoría que tuve con la profesora de mi hija, me dijo eso de «estamos empezando a leer y no le vendría mal reforzar un poco la lectura en casa, para que gane confianza», la miré no sin cierta incredulidad. ¿Mi hija? ¿Leer? ¡Pero si hasta ahora a lo único que juega es a escribir letras sin sentido en un papel y a inventarse lo que ha escrito! Y yo tan contenta, no creáis, que sé que cada niño lleva su ritmo y, además, estábamos a principio de curso. Pero reconozco que me hizo gracia. Empezamos a fomentarle que fuera ella quien leyera en casa, cosas pequeñitas, pero sin forzarla. Al principio leía dos o tres palabras, medio deletreándolas, y se cansaba.

2 Libros Infantiles Imprescindibles: Oh! y Abezoo

libros infantiles

Hoy tenemos la suerte de comenzar con nueva colaboradora en el blog: Marta y yo nos conocimos porque nuestras hijas de 5 años son íntimas amigas. Con ella paso muchas de las tardes de Madrid bien acompañada mientras los niños juegan. Marta confiesa que ella es algo así como de la «prehistoria» tecnológica. No tiene ni redes sociales, pero ya la he liado para que una vez al mes pase por aquí para contarnos cómo vive ella su día a día con Emma y Lydia. Hoy comenzamos con un post sobre libros, porque como ella os cuenta, en su casa les gustan mucho, pero que mucho, los libros…

¡Mil gracias Marta!

Nos gustan los libros. Así, en primera persona del plural, que la identidad –desde que soy madre- la tengo floja. Y a Michiko –que también le incluyo en el pack- nada le puede gustar más. Quizá el periódico… o el móvil, que ahí también puede leer sus cosas y le da más juego. Bueno, el caso es que antes de la era tecnológica -sí, la vivimos, somos así de viejos-, lo que más le gustaba, seguro, eran los libros.

Yo adquirí esa fea costumbre cada vez que compraba uno o dos o tres o cuatro, nunca vienen solos –es un comprador compulsivo, sí, pero nos salva que compra cultura- de versionar a Manolito, el de Mafalda y espetarle: ¿Un libro? ¿Te crees que no sé que ya tienes uno?