5 planes para disfrutar una escapada a Marrakech

escapada a Marrakech

¿Qué tal ha ido el fin de semana? El nuestro muy bien, ya que hemos conseguido sacar tiempo para descansar y para disfrutar, y lo primero no ocurre muy a menudo. De hecho, ayer pensaba que Jose y yo no habíamos sacado un rato para descansar (y no por los niños, si no por los mil planes que surgen siempre) desde que nos escapamos a Marrakech el fin de semana del Domingo de Ramos, y me di cuenta de que no os había contado mi experiencia allí.

Un par de semanas antes de que llegase la Semana Santa, mis padres me dijeron que vendrían ese fin de semana a Madrid, y aproveché para pedirles que se quedasen con los niños y así yo poder regalarle una escapada a dos a mi marido, ya que durante esos días coincidían su santo y su 35 cumpleaños.

Así nos escapamos de viernes a última hora a lunes a mediodía, y cuando tuvimos que decidir el destino pensamos que nos apetecía ir cerca (por el poco tiempo que teníamos) pero a un sitio realmente diferente que nos permitiese desconectar: Marrakech reunía ambos aspectos.

La escapada la disfrutamos mucho, aunque siendo 100% sincera la ciudad no me volvió loca: es decir, recomendaría el destino porque vas a un mundo diferente, pero no ha sido de esas ciudades de las que me haya quedado prendada, como me pasó con Estambul, que es un destino de cortar la respiración.

Sin embargo, como experiencia de fin de semana para irte cerca y «cambiar» de mundo me parece la pera.

No obstante, aprovechamos los apenas dos días y medio al máximo, así que os cuento lo que hicimos para que si os decidís a visitar la ciudad no os perdáis nada:

 

Marrakech

Marrakech

 

1. Alojarte en un riad

Tanto Bea, que estuvo el año pasado, como mi primo Rafa, que lleva años viajando a Marrakech (él sí está prendado de la ciudad), nos recomendaron no alojarnos en un hotel, sino en un riad.

La palabra riad en árabe designa al edén, un jardín, y por extensión se aplica a una casa cuyas habitaciones se distribuyen en torno a un patio interior. Los riads hoy en día son antiguas residencias de la clase alta que hoy se han reconvertido en casas de huéspedes que conservan el encanto de las viviendas tradicionales.

Si quieres tener una experiencia realmente diferente en tu viaje, yo también recomiendo alojarse en un riad. Hay cientos por la ciudad, de todos los precios y categorías, y nosotros nos quedamos en el Riad Libitibito por consejo de mi primo, que como os decía conoce muy bien la ciudad. La verdad es que nos encantó y Zacharia, la persona que lo gestiona, nos trató a las mil maravillas.

Viajes inolvidables: Praga, mi abuela y mis primas

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Creo que no es la primera vez que os cuento que tengo una abuela a la que adoro y cuya vitalidad envidio, o que tengo la inmensa suerte de disfrutar de una familia enorme (y que me ha valido más de unas risas por parte de Mar, que dice que siempre que hablamos de alguien termina siendo familiar mío, o amigo de algún familiar), y es que sólo por el lado de mi madre somos 22 primos. Justo antes de verano, mi abuela, a la que le encanta viajar, dijo que quería llevarnos de viaje a sus nietas… ¡y ha sido una pasada! Conseguimos ponernos todas de acuerdo en la fecha, cosa bastante inédita ya por sí, y ella eligió el destino: Praga. No conocía la ciudad y he de decir que me enamoró por completo: la arquitectura de sus edificios, esa luz que lo envuelve todo, el puente de Carlos, el teatro negro, el reloj, su castillo, el barrio judío, el empedrado de sus calles, los tranvías… pero lo que más me gustó, sin duda, fue poder disfrutar de un fin de semana entero con ellas.