Es curioso: prácticamente nunca como dulces, pero me encanta cocinarlos. Y hacía mucho tiempo que no preparaba uno de los postres preferidos de mi marido, tarta de queso. Así que como hace poco fue su cumpleaños, me puse con los niños manos a la obra a prepararlas, y ésta vez en formato “mini”, que me apetecía por cambiar un poco y porque la presentación fuese más bonita.
La receta es súper fácil y él, que es bastante “experto” en New York Cheesecakes, dice que está buenísima, así que me apetecía dejarla en el blog, así que aquí la tenéis:
Ingredientes
– 6 hojas de gelatina neutra
– 1 tarrina de queso crema 300 gr
– 2 bricks pequeños de nata líquida para cocinar
– 1 taza de agua
– 1 taza de azúcar
– Galletas
– Mantequilla o margarina
– Leche
– Mermelada de frutos rojos
Con las manos en la masa…
1. Lo primero es preparar una base de galletas para la tarta. En un bol grande, se incorporan las galletas en trozos y se añade una cucharada de margarina o mantequilla y un poco de leche para ablandar las galletas. Se mezcla todo bien amasando con las manos. Poner la masa de galletas en la base un molde, hasta que tenga entre 0.5 y 1 cm de grosor (como os guste más, nosotros ponemos bastante).
Aunque la base se puede hacer con una batidora, en mi casa gusta más que queden trocitos y prefiero hacerlo de forma manual. Además, preparar la masa de galletas es la principal “tarea” en esta tarta de mis niños (tengo que poner siempre el doble de ingredientes porque mientras la preparan se zampan la mitad, eso sí :D)
2. En un cazo pequeño, poner a hervir el agua y, una vez comience a hervir, se añaden las hojas de gelatina hasta que se derritan y se remueve bien para mezclar. Cuando esté bien ligado, se incorpora uno de los bricks de nata y remover bien.
3. Por último, se incorporan el resto de ingredientes y se baten (yo lo pongo todo en la Thermomix para batirlo): el otro brick de nata, la tarrina de queso y el azúcar junto al contenido del cazo.
4. Verter con cuidado la masa de la tarta sobre la base de galletas en el molde y enfriar (como mínimo 2 horas en el congelador o 24 horas en la nevera).
5. Añadir mermelada por encima… ¡¡y a disfrutar!!
Qué paséis un buen lunes,
– Mar