Se acerca la Semana Santa y, con ella, algunos aprovecharéis para salir de la rutina diaria y escaparos unos días al campo o a la playa. Si tenéis varias horas de desplazamiento de por medio, o si vuestros hijos son más bien movidos, quizá esta idea os resulte útil: un kit de viaje para tener a los niños entretenidos.
Las mochilas que os enseño se las regalé a mi hija y a mi sobrino para un viaje que hicieron en tren con mi cuñada, a ver a la familia. Los dos primos se llevan un mes de diferencia, y era un viaje de tres horas, así que por el bien (mental y físico) de mi cuñada me fui a comprar un cargamento de distracciones para tener a los niños entretenidos el máximo tiempo posible. ¿Conocéis las tiendas Pórtico? Pues al lado de mi casa hay una… ¡y confieso que soy adicta! Siempre encuentro algo, y a precios de risa, como estas mochilas de caperucita roja y el lobo, el cuento favorito de mi hija, ¿no os parecen comestibles?
Como podéis ver en la imagen, me hice con un cuaderno para que pintaran a su antojo, colores, sellos y pegatinas. Encontré unas tiras de plastilina muy graciosas para cuando se cansaran de garabatear. Y un libro diminuto de Imaginarium. Como iban por la tarde, les metí la merienda: un batido, un zumo, tres quesitos y unos ganchitos (perfectos para chantajearles, que nunca se sabe). Unos kleenex para incidentes (aunque unas toallitas húmedas seguro que habrían estado mejor). Y, como su viaje coincidía con el carnaval, les compré una máscara a cada uno que me pareció genial (la de Blanca era de princesas y la de su primo de superhéroe, cómo no).
Podéis imaginaros que ambas mochilas llevaban exactamente lo mismo, para evitar discusiones (y aún así creo que alguna hubo, ya sabéis). Los niños lo pasaron pipa, y al parecer las mochilas cumplieron su cometido. Eso sí, a mi cuñada nada la salvó de los mil y un paseos al cuarto de baño típicos cuando viajas con niños.
¿Y vosotros? ¿Tenéis algún truco para distraer a los niños en los viajes?
-María
