Me explico: cuando viajas solo, en pareja o con amigos, sueles centrarte en ver museos, pasear mucho, buscar el mejor restaurante de la ciudad o aquel que más te han recomendado, aprovechar para ir de compras a tiendas que no conocías… si al viaje le sumas un niño, ¡o dos!, y más si son menores de cinco años, te encontrarás con obstáculos (que no problemas) tan tontos como que el pequeño viajero se cansará pronto de ver cuadros y esculturas que no puede tocar, una de sus grandes formas de descubrir el mundo, que no todos los caminos son cómodos para ir con sillita si no quieres terminar sin brazos (¡benditos portabebés!), o que no hay manera de meter la sillita -sí, sí, esa de plegado tipo tijera que es la más pequeña del mercado y que por eso compraste- entre las diminutas mesas del magnífico restaurante japonés que te ha recomendado todo el mundo, conocido o no. ¡Claro que eso lo compensan la cantidad de parques infantilesque descubrirás por el camino!
- Washington Square Park: Muy cerquita de Little Italy, Russian Hill y Columbus Ave., perfecta para comer mientras los niños juegan en su magnífico parque infantil. Ha sido uno de nuestros rincones preferidos de San Francisco y, por lo que he visto en Internet, de muchos autóctonos.
- Ferry Building Marketplace, con muchas opciones de take-away alrededor. Comprad la comida y sentaros en los bancos de los muelles, los pequeños lo pasarán pipa viendo gaviotas.
- Sausalito y Tiburón: Dos pueblecitos maravillosos donde la vida parece ir a otro ritmo. Desde allí podéis coger el ferry de vuelta, con una de las mejores vistas del Golden Gate. En una de las callecitas de Sausalito descubrimos el parque infantil de donde es el coche de bomberos de la imagen, ¡las niñas lo pasaron en grande!
- Valle del Napa: Podéis alquilar un coche y recorrer la I-29, que es la avenida principal, donde veréis todas las bodegas. Comed en V. Sattui, tienen una zona de picnic donde los niños podrán correr y jugar, y una tienda gourmet increíble donde comprar la comida. Volved por la I-128, paralela a la anterior. Ojo, no todas las bodegas permiten la entrada a menores de 21 años (edad permitida para beber alcohol). Lo mejor es que lo comprobéis primero aquí.
- Muir Woods: Si viajas a California y no tienes tiempo de visitar el Parque Nacional Yosemite (a unas 4 horas de SF), no dudéis en acercaros a este bosque de sequoias gigantes a tan sólo 11 millas de San Francisco donde podréis sentiros diminutos.
- Pier 39, con su tiovivo de dos plantas, la tienda de caramelos Candy Baron y la cantidad de leones marinos que reposan allí. En Pier 39 encontraréis además el Acuario de la Bahía, perfecto para niños algo mayores. La recompensa para nosotros los padres es que desde Pier 39 tenéis una de las mejores vistas de la isla de Alcatraz.
- Golden Gate Park: De mayor tamaño que el de Nueva York, fue uno de nuestros grandes descubrimientos un día que buscábamos algún sitio donde las niñas corrieran a sus anchas. Tiene un lago lleno de patos y con barquitas para alquilar y, además de una zona de columpios para niños, el parque aloja un jardín de té japonés, el jardín botánico de SF, el museo DeYoung o la Academia de Ciencias de California, entre otras cosas.
- Painted Ladies: O mejor dicho, el parque desde el que se ven. ¿Recordáis la serie Padres Forzosos? Estaba ambientada en esas casas victorianas. El parque tiene unos columpios muy divertidos para niños pequeños, y así los mayores podremos reirnos un rato recordando series de «tiempo ha».
- Lombard street: La famosa calle serpenteante llena de flores que sale en muchas películas. ¡Qué cantidad de colores!