Todo el que la conozca sabe que Piluro no sólo hace unas fotos maravillosas con las que nos deleita cada día en Instagram, sino que además da rienda suelta a su vena periodística en cada una de ellas, y leerla es pura poesía. Estábamos deseando contar con ella para nuestro 15 cosas que no sabes de… ¡y lo conseguimos! Y además le hacía ilusión, ¿os lo podéis creer? Más maja que las pesetas 🙂
Aquí os dejamos con las 15 cosas que no sabéis de ella ilustrada, cómo no, por nuestra queridísima y genial Naranjalidad.
// UNO //
Soy adicta al café, al queso y a las anchoas.
// DOS //
De pequeña vi todas las telenovelas venezolanas de los 80/90, escuché todos los discos de Mocedades y Perales y quise ser la protagonista de Agujetas de color de rosa. Melograma-girl.
// TRES //
Mis padres cocinaban con mucho cariño, pero con muy poca fortuna. Por eso la comida de los aviones y de los hospitales me sabe a gloria. Me gusta absolutamente todo, hasta las albóndigas de lata. Gracias por esas empanadillas congeladas, mamá.
// CUATRO //
Si pudiera volver al pasado y darle un consejo a la Pilu de quince años, no me extendería demasiado: utiliza la férula de descarga o prepárate para perder las paletas.
// CINCO //
Dejé de fumar en octubre y, paradójicamente, me está costando la vida.
// SEIS //
Encargué la última Barbie a los Reyes Magos cuando había cumplido los 13 años. Le dije a todo el mundo que había pedido la colonia de Don Algodón para no hacer el ridículo. Mentira podrida.
// SIETE //
Natalia Ferviu dijo que me parecía a Bette Davis cuando yo aún no sabía quién era Bette Davis. Luego lo supe y la odié. Luego vi Qué fue de Baby Jane y la odié más. La Davis es muy talentosa y derrocha personalidad, pero la cara la tenía muy rara.
// OCHO //
De camino al colegio me comía los claveles blancos que mis padres me compraban para el día de la virgen.
// NUEVE //
En Barcelona alquilé una casa con plaga de cucarachas -plaga que no acabó ni con fumigación- y de la fobia que cogí a los bichos no comí caliente en un año. Cené a base de bocadillos todo el 2014.
// DIEZ //
Le prometí a mi madre que le regalaría un bolso con mi primer sueldo, pero luego me compré un acordeón. Contra todo pronóstico, sigue pensando que soy la mejor hija del mundo.
// ONCE //
Soy muy sociable, pero extremadamente insegura. Me pongo roja -mofletes y orejas- cuando hablo en público, no importa dónde ni con quién: desde una barbacoa entre conocidos hasta una reunión de trabajo. El otro día me pasó en la cola de la pescadería, hablando de cazón. Patético.
// DOCE //
A los 30 años dejé el trabajo y volví a estudiar. Pasé de organizar eventos en el departamento de Protocolo del Real Madrid C.F. a trabajar como diseñadora gráfica freelance en Barcelona. Ha sido la mejor decisión de mi vida. Del resto de trabajos hablaremos otro día porque TE-LA-MA-RI-NE-RA.
// TRECE //
El segundo apellido de mi madre es Merlin y viene de Francia. Me viene de perlas para fardar y que la gente crea que soy medio druida.
// CATORCE //
Estando de Erasmus me quedé dormida encima del brazo derecho y estrangulé el nervio radial. Dormí más de doce horas. No pude utilizar el brazo durante tres meses y me obligaron a llevar una férula que parecía hecha con una plantilla «devor olor zapatillas”. No he ligado más en mi vida.
// QUINCE //
Tengo pies, manos, voz de hombre y complejo de rodillas.
Y dos más de regalo, que nos ha escrito de más pero, sencillamente, no hemos podido dejarlas fuera:
// DIECISÉIS //
Hablo por las noches. Hablo mucho en general. En mi familia proliferan los charlatanes y los sonámbulos.
// DIECISIETE //
Con dos copas de vino rozo el coma, pero los chupitos de absenta no me afectan.
¡Mil gracias, Piluro!