Hay un olor que siempre me trae buenísimos recuerdos: el de la Torta de Mamai… ¿y por qué? Porque era el bizcocho que siempre tenía recién hecho mi abuela materna, Isabel (mama Isabel = mamai, prefería que la llamásemos así). Es un bizcocho de naranja y limón y como a los nietos nos encantaba (y somos más de 20), la preparaba muy a menudo y preparaba siempre de más para que nos pudiéramos llevar a casa.
Mi madre siempre me lo ha preparado también en casa porque sabe que me encanta e incluso os cuento que el día de mi boda, mi madrina me trajo una Torta de Mamai para que me la pudiera comer de postre en la mesa nupcial (había tartas ricas, pero yo soy más de bizcocho…), y nos reímos muchísimo cuando enseguida acudieron todos mis primos a probarla y después de 5 minutos literalmente no quedaban ni las migas.
Ahora soy yo quién lo prepara a menudo, especialmente algunos días a las 11 de la noche cuando necesito relajarme, y de repente me he dado cuenta de que el otro día publiqué esta receta de bizcocho de chocolate y sin embargo no os había dado la receta de mi bizcocho preferido. La verdad es que es empezar a oler a este bizcocho por toda la casa mientras se hornea y automáticamente me pongo de buen humor.
Os dejo la receta por si os queréis animar a probarlo, es un bizcocho que queda muy esponjoso y os aseguro que está riquísimo…
Ingredientes:
– 500 gr harina
– 1 vaso aceite
– 1 vaso leche
– 2 vasos azúcar
– Ralladura de la piel de 1 limón
– Zumo de 1 naranja
– 4 huevos
– 4 gaseosas completas (yo uso gaseosas Armisen)
– Azúcar molida
Modo de hacer:
1. Rallar la piel del limón y se reservar. Precalentar el horno a 180º.
2. Separar las yemas de las claras y se reservan las yemas. Montar las claras a punto de nieve, con batidora manual o eléctrica. Yo lo hago con la Thermomix, poniendo las mariposas en las cuchillas y programando 4 minutos, temperatura 37º, velocidad 3 1/2.
3. Añadir el aceite, la leche, el azúcar, el zumo de la naranja y la piel del limón rallada mientras se continúa batiendo a velocidad constante. Yo la Thermomix la dejo a velocidad 2 sin temperatura y sin las mariposas y voy batiendo mientras añado ingredientes.
4. Mezclar en un bol la harina con las gaseosas. Es importante mezclarlo previamente para que el bizcocho suba bien.
5. Agregar la harina mezclada con las gaseosas a cucharadas a la masa y seguir batiendo.
6. Engrasar un molde con mantequilla sin sal o con aceite.
7. Verter la masa en el molde hasta llenar un poco más de la mitad del molde (yo lleno casi 3/4 para que suba más) y hornear 45 minutos a 180º, calentando arriba y abajo y si puede ser con el ventilador del horno activado. Es muy importante no abrir el horno antes de tiempo para que no baje el bizcocho, así que cuando termine el tiempo podéis abrir un poco el horno e introducir en el bizcocho un palito de brocheta o un bizcocho para comprobar que está listo: si sale mojado, habrá que dejarlo un poquito más, y si sale seco, es que está listo (a mí dejándolo ese tiempo me queda perfecto).
Espero que os guste…
– Mar