4 pasos sobre cómo contar cuentos (buenísimos)

un caimán azul

Todos estamos de acuerdo en que para fomentar que los niños lean es recomendable establecer un hábito de lectura desde muy pequeñitos, ¿verdad? El cuento de antes de dormir es uno de nuestros grandes aliados, además de uno de esos momentos de complicidad padre-hijo… ¿pero cómo hacer para que nuestros cuentos sean únicos y los niños quieran escucharlos una y otra vez? Eva y Chema son una de esas parejas de padres emprendedores  que tanto nos gustan en el blog: con la paternidad llegó esa búsqueda incansable de productos únicos y originales para su bebé, y de ahí surgió Un caimán azul, donde se dedican a acercar los cuentos a los niños porque, ¿qué niño no ha escuchado un cuento y deseado ser el protagonista de tan increíbles aventuras? Un caimán azul nos lo pone fácil: cuentos personalizados con el nombre y el dibujo de vuestros pequeños, para que se sientan los auténticos protagonistas de la historia. Les hemos pedido a Eva y Chema que nos cuenten cuál es su secreto sobre cómo contar cuentos increíbles, ¿queréis saberlo?

Herramientas: 1 libro, 1 niño o niña sin sueño, 1 cama, 1 silla/sillón confortable.
Dificultad: Después de leer esto, ninguna.

Estudios científicos han constatado que una vez bañado y cenado, el sujeto conocido como “niño” o “niña” se precipita en un estado laxo y semiletárgico. Pero el sueño está lejano y necesitan un buen viaje por una pradera, cabalgar a lomos de un dragón de buen tamaño o viajar hasta las estrellas en un cohete de hielo para dormirse como los angelotes que son (o deberían ser). Afortunadamente te has armado con un libro que te permitirá hacerles pasar por todos esos trámites. Lo abres. Lo hojeas. ¿Te crees capaz de captar su atención? ¿Eres el narrador que necesita para llevarle a esos lugares? Aparca tus años, saca un hada de la garganta y sigue estos 4 sencillos pasos:

1- TIPOS DE CUENTOS:

El tipo de historia, el género. Hay muchos y la elección de uno u otro depende del estado de ánimo del niño, si tiene mucho sueño o está más despierto que tú. Si tiene sueño no lo dudes: cuentos cortos, con poco texto y con tramas amables e inofensivas. Los cuentos-nana, anecdóticos y sin una trama compleja le acompañarán de la mano hasta el primer ronquido. Si está despierto puedes optar por cuentos más largos, o que contengan ilustraciones. Puedes enseñárselas e incluso ampliar el texto con comentarios tuyos y suyos. Demandarán en este caso tramas más divertidas o complicadas, y la propia historia les irá agotando hasta el merecido final.

2- PRELIMINARES:

Asegúrate de que el niño está acostado, cómodo, con una luz tenue e indirecta que apunte fundamentalmente al cuento. La penumbra será determinante para avivar el sueño y por qué no, darle una atmósfera especial a la habitación, un iniciar la aventura. Relájate, ponte ropa casera. Quizá quieras gesticular y es importante que estés cómodo. Tampoco te pases de gestos, al final no conseguirás un Óscar, pero sí un niño con los ojos como platos.

como contar buenos cuentos

3- CONTANDO EL CUENTO:

Prepara tus dotes interpretativas. Malas noticias: aparte de los gestos, vas a tener que poner voces. El tono monocorde, aquel que es igual en la narración y en los diálogos, les aburre y les aleja de la historia. Sí, ese pato, ese dragón o esa bruja tienen voces terroríficas, divertidas o solemnes. Y tú las vas a hacer. Ya tenemos una buena voz y un gesto para acompañar golpes de efecto de la trama (caras asustadas, enfados, risas malvadas…). Si consigues eso ya has creado la estructura necesaria para tenerlos atrapados, incluso con el peor cuento del mundo. No te olvides de que poner algo de cosecha propia hace que el rato del cuento se convierta en un momento único entre el niño y tú. Aléjate de la trama. Cambia el nombre de ese príncipe. Hoy la bruja es buena. Cada noche un mismo cuento pueden ser cientos.

4- EL FINAL:

Ya estamos acabando. Le ves de reojo con una respiración más tranquila, los ojos semicerrados. Hay que afrontar el final. Podríamos hablar de 3 posibles formas:

El CLÁSICO: “Y comieron perdices.” “Y vivieron felices”. El final clásico donde se resuelve la trama y acaba todo atado y bien atado es recomendable para la mayor parte de los casos. Las cosas acaban, sobre todo las buenas, pero siempre tendremos el cuento de mañana. Más y mejor.

El “FADE OUT”: Sólo para los casos muy claros de caída total en brazos de Morfeo. Vas bajando la voz, muy levemente, hasta que el silencio coincide con el principio de su sueño. CUIDADO: El Fade Out en casos de niño despierto es catastrófico, se incorporará y te preguntará con los ojos muy abiertos: “No te oigo”. Vuelta a empezar.

El “CONTINUARÁ”. Arriesgado, muy arriesgado, es partir un cuento en varias entregas, o hacer uso de series protagonizadas por el mismo personaje. Si la historia y vuestra interpretación han sido satisfactorios, querrán más. La ventaja es el anhelo, el deseo de volver a la trama en el momento justo de haberla dejado. Eso acelerará el momento de ir a la cama, el encuentro con su libro y con vosotros.

¡Mil gracias, Eva y Chema, por vuestros magníficos consejos! Estamos seguras de que más de uno lo agradecerá. Y al resto, si queréis saber más sobre Un caimán azul y sus cuentos personalizados, ¡no dejéis de visitar su página web!

-Mar y María

  1. La niña sin nombre

    Me ha encantado… Voy a aplicarme a fondo esta noche… Aunque me da que la NSN aún es muy pequeña :). Qué post tan chulo!

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    • Ya verás cómo le encanta ver a su mami esforzándose en captar su atención, jajaja 😉

  2. Los cuentos de Un Caimán Azul son súper recomendables. Me encanta su trabajo y la dedicación en la personalización de sus cuentos.

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  3. […] PD: Y ahora vosotros, ¿qué libros infantiles son vuestros imprescindibles? No dejéis de visitar nuestro rincón de lectura y los 4 pasos sobre cómo contar cuentos (buenísimos) […]

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  4. María de los Ángeles Zufiria

    Compartir con nuestros hijxs la magia de los cuentos , nos fortalece y crea un vinculo maravilloso con momentos únicos. Mis hijas crecieron con cuentos nocturnos de libros y otros inventados espontáneamente por su papa y yo, y hoy los recuerdadan y atesoran. ademas son grandes lectoras. Muy buen articulo.
    .

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