En mi casa hemos sido siempre de manualidades. Mi abuela cose y hace punto que te mueres, mi madre también, y yo soy una gran chapucillas que consigue lo que se propone aunque tenga que deshacer las cosas mil y una veces 😉 El caso es que por mi cumpleaños Mar me regaló un par de madejas de trapillo (de ahí su visita a Black Oveja) para que experimentara… ¡y no sabéis el vicio! Confieso que no hacía ganchillo desde aquellas noches de Semana Santa en el campo, con 11 o 12 años, cuando mi abuela nos daba aguja, lana y las instrucciones básicas para hacer cadeneta y estar entretenidas un (buen) rato; pero encontré este súper tutorial para hacer una alfombra de trapillo redonda en YouTube y me dije, ¿por qué no? Llevo un tiempo algo pesadita con querer darle color al cuarto de mis hijas, y los colores que había elegido Mar me iban al dedillo. ¿El resultado? Esta alfombra de trapillo donde a mis hijas les encanta sentarse a leer o a jugar con sus muñecos y de la que me siento especialmente orgullosa, para qué os voy a engañar, pues entre unas cosas y otras me ha llevado más tiempo del que pensaba completarla. ¿Os animáis?
-María