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Llegó la semana 20 y aquí seguimos, en la dulce espera. Tengo una panza tan linda que parece postiza, ¡me encanta! Ya la ropa premamá es un básico en mi vida y la crema anti estrías es mi mejor amiga. Es un muy buen momento porque ya asumí mi embarazo, me siento cómoda con mi panza y todavía no estoy pesada, sigo ágil. Tampoco se me hinchan los pies y me sigo moviendo como siempre.
Lo mejor de llegar a esta semana para mí fue sentir la primera patada de Nicolás. Parece algo irreal pero fue automático, llegó la semana 20 y empecé a sentir movimientos, suaves pero totalmente nuevos para mí. Me preocupaba que mi marido no pudiera sentirlos porque eran aleatorios pero después de varios intentos lo logramos y él también pudo compartir este momento que creo que es único en un embarazo. ¡Nos emocionamos muchísimo!
A esta altura es gracioso cómo la panza empieza a ser un imán. ¿Por qué digo esto? Porque generalmente la gente ya tiene su mano en tu panza ¡antes de haberte saludado! Sobre esto he escuchado opiniones variadas, tengo amigas que les hace muy poca gracia y a otras que les encanta. A mi sinceramente me parece simpático que me toquen la panza e incluso cuando Nicolás se mueve me gusta mostrarle a mi familia o amigos los movimientos. Es compartir un poquito este cambio con ellos y entiendo este acto reflejo de tocar la panza como un gesto de cariño y de interés.
Como en alguna revista leí que el bebé en esta semana además de sentir las caricias en la panza también escucha, debo confesar que tengo a media familia no sólo sintiendo los movimientos ¡sino también hablándole! Mi marido es el que más disfruta hablándole, esta empeñado en conseguir que Nicolás reconozca su voz y supongo que lo va a lograr por que cada noche sin excepción se queda un ratito sobre mi panza charlándole. Es un momento mágico en el que Nicolás pareciera que le contesta con pataditas, me encanta verlos.
Ya nos empezaron a regalar cosas para Nicolás y estamos alucinados de la cantidad cosas que implica la llegada de un niño. ¿Antes sería así también? Supongo que peor porque la tecnología debe haber ido facilitando la labor de las madres. El hecho importante es que voy recibiendo con los brazos abiertos todos los regalos y lo que me van prestando y me voy metiendo poco a poco, como ya comenté alguna vez, en este universo paralelo. Por suerte ya sabemos el sexo del bebé porque con todo lo que recibimos con Nicolás escrito ¡le vamos a gastar el nombre!
Una cosa que me está resultando un poco complicada con la llegada del veranito es encontrar un traje de baño acorde a mi estado. Ya de por si el cuerpo cambió mucho y necesito conseguir algo con lo que al menos me sienta linda y, por qué no, un poco sexy… pero hasta ahora solo consigo trajes de baño grandes que me tapan hasta el tobillo haciendo que me sienta una abuela. Por el momento puedo usar mis antiguos bikinis, pero no sé cuánto me duraran ¡porque crezco de todos lados!
Por último hay una duda que me empieza a dar vueltas en la cabeza: ¿cómo se aprende a ser mamá? Una puede tomar ejemplo de nuestros padres y puede decir que esto o aquello no lo haría, pero eso no garantiza que te salga bien, ¿no? Veo que no hay fórmulas mágicas pero creo que debe ser un trabajo muy complicado y cada vez más mamás me dicen que aparte de dedicación y amor el factor suerte es muy importante, así que espero que la suerte me acompañe porque a Nicolás amor y cariño no le van a faltar y trabajaré sin descanso para ser una mamá 10, como lo fue mi mamá conmigo, tengo el mejor ejemplo a seguir. ¡Gracias mamá!
Tip de la semana: las cremas anti estrías suelen ser muy densas y para aplicarlas por la mañana antes de vestirte son poco practicas por que tardan en absorber. Lo ideal es encontrar una buena crema anti estrías en gel. Les recomiendo la de la marca Lierac (Phytolastil); se absorbe enseguida y a mí me ha resultado súper práctica.
-Sol
