Que levante la mano quien tenga un blog y, en plena búsqueda de mesa nueva, no haya pensado eso de «sobre este fondo las fotos quedarían que te mueres». Venga, ¡confesad!
Junto con el rebranding y el cambio a Sonambulistas, Mar y yo buscábamos un fondo de madera sobre el que hacer las fotos para que así tuvieran una cierta homogeneidad; pero ya nos habíamos cansado del fondo de madera blanco que utilizábamos hasta ahora y preferíamos ir a uno más oscuro. Lo de comprar mesa de comedor nueva estaba descartado, que tampoco estamos tan mal de la cabeza, jeje, ¡aunque por ganas no sería, que tengo alguna que otra maravilla fichadísima! Así que optamos por la versión DIY
Al principio pensábamos comprar unos listones de madera y hacernos unos tableros con ellos, pero la realidad es que ya teníamos unos (que os enseñaré otro día, que ahora mismo no tengo fotos) y sí, están muy bien, ¡pero pesan como muertos! así que cuando Mar descubrió el revestimiento adhesivo de paredes… y encima en color madera oscura… ¡ni lo dudamos! Nos lanzamos a ello y, aunque está mal que yo lo diga, ¡estamos encantadas con el resultado!
Mar tenía por casa una mesa de las básicas de Ikea muerta de risa en un rincón, así que nos lanzamos a tunearla para hacernos nuestra propia mesa rústica, ¿os gusta?
El proceso, tal y como veis en las imágenes, no puede ser más fácil: hay que quitar el plástico de las láminas de «madera» e ir pegándolas una a una sobre la mesa, colocándolas a distintas alturas para que las uniones de las lamas de madera no queden todas juntas y el efecto sea más real.
Con la ayuda de un cúter, se recortan los bordes que sobran para que quede todo homogéneo y no estorbe. Que sí, que sí: que con el cúter tenéis más que de sobra, ¡y ni siquiera hay que hacer fuerza! Os lo digo yo, que cuando me vi con el cúter en la mano pensé «pobre ilusa», convencida de que se me rompería, y para nada; en realidad tiene sentido, porque no es madera ni mucho menos, pero qué queréis… está tan conseguido que supongo que hasta me lo creí 😉
¡Y ya está! Como veis, el efecto sobre la mesa es bastante bueno. Yo tengo pendiente repetir la operación pero sobre un trozo (bien grande) de cartón pluma, que yo no tengo mesa de Ikea sobrante ni hueco donde meterla, y así puedo guardar mi fondo para fotos en un rinconcillo cuando no lo use, sin que estorbe demasiado.
¿Queréis ver un ejemplo de nuestro fondo para fotos en uso? Lo tenéis en la receta del bizcocho de limón en taza en el microondas, ¿cómo os quedáis? 😉
¡Espero que os haya gustado este mini DIY!
-María