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Cada viernes en Sonambulistas nos tomamos un café virtual con todas las personas que hay al otro lado de la pantalla, ¿coges tu café y te lo tomas con nosotras?
Si estuviéramos tomando un café os contaría que ayer estuve en uno de los talleres de pensamiento creativo para padres de Nuria Pérez y que la lista de cosas que quiero hacer con mis hijas crece a pasos agigantados… Oír hablar a Nuria de la importancia de la creatividad en nuestras vidas, y por «creatividad» no me refiero sólo a la vena artística de cada cual, que también, sino a la manera de enfocar la vida y la capacidad para resolver situaciones y problemas, es como un chute de ilusión y ganas por mejorar día a día, sales de ahí dispuesto a cambiar la casa de arriba a abajo y llenarla de las herramientas necesarias para que nuestros hijos no pierdan nunca la capacidad de tener ideas. ¿Sabías que el 98% de los niños de 3 a 5 años son «genios creativos»? Como dice Nuria, no hay más que ver a un bebé investigar el mundo a su alrededor, cómo dan la vuelta a las cosas y prueban una y mil veces hasta que de verdad consiguen hacer lo que buscaban.
Si estuviéramos tomando un café os diría que, mientras nos daba la receta del «estofado de la creatividad» y hablábamos de fomentar la curiosidad innata que tienen los niños, la imaginación y sus ganas por aprender, salió a colación la importancia de que los niños tuvieran también sus momentos de aburrimiento, porque es cuando son más capaces de crear e inventar, y me acordé del café del viernes de Mar en el que hablaba precisamente de eso. Nuria dijo, además, una de las frases que más me gustaron y con la que no puedo estar más de acuerdo:
«El niño no crece si no hay silencios, ni progresa si no inventa.»
La oí y me vino a la cabeza la famosa frase «qué callado está, ¿qué estará tramando…?» que tanto repetimos los padres cuando dejamos de escuchar a nuestros hijos un (buen) rato para, cuando vamos a su encuentro, encontrarlos enfrascados en su «mejor obra»: probando a ver qué pasa si metes el rollo entero de papel higiénico en el váter, y tiras de la cadena, pintando «un happy» a su hermano pequeño con el rotulador permanente que le has dicho una y mil veces que no se coge porque: «¡mamá, se ha portado genial en el cole hoy!», o pintando una caja de zapatos con témperas encima de la alfombra de su cuarto para que los muñecos tengan una nueva casita en la que vivir… Tendemos a pensar que «no puede estar haciendo nada bueno» cuando es todo lo contrario: está investigando, probando y experimentando por su cuenta (aunque en el momento se nos salgan los ojos de las órbitas al ver el estropicio que ha hecho).
Si estuviéramos tomando un café, os contaría que…
… ahora que Blanca se ha lanzado a leer y escribir hemos vuelto a la era del correo postal y estamos enviando cartas a sus abuelos y primos, así que esta idea de mandar abrazos postales me ha encantado. La semana que viene sin falta la ponemos en práctica.
… que no veo el momento de ponerme a hacer este túnel de lavado para coches con Bosco, ¡madre mía, lo que voy a disfrutar con un chico por casa! Jajaja.
… que el próximo 21 de marzo la Fundación Aladina celebra una carrera solidaria en el Club de Campo Villa de Madrid, y que os animo a todos a participar, grandes y pequeños, porque lo recaudado se destinará íntegramente a la Fundación y la causa bien lo merece.
Si estuviéramos tomando un café os preguntaría, ¿os habíais parado alguna vez a pensar en la capacidad creativa de los más pequeños de casa? ¿Qué recursos utilizáis para fomentarla?
-María
