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Ayer nos reíamos en la oficina de Hello! Creatividad hablando de cuando quedábamos con nuestros amigos cuando no existían los móviles y cómo nos las ingeniábamos para conseguir reencontrarnos si no aparecía alguno. Nos teníais que ver, a carcajada limpia, recordando aquellos tiempos en plan «abuela cebolleta», como decía Bea. Y he de decir que hoy, mientras preparaba este post con la idea de hacer un pequeño recopilatorio de regalos útiles para estas navidades, me ha entrado la morriña y me ha dado por pensar que, en el fondo, lo que de verdad me gustaría es hacerles una carta a los Reyes Magos paralela con menos tecnología y más juegos de madera, de los de jugar al aire libre, con el resto de niños, o en familia. Este año, además, ya empieza a ser más difícil «convencer» a mis hijas de qué juguete sería genial que les trajeran los Reyes Magos (venga, confesad, ¿cuántas veces habéis rehecho la carta a los Reyes ya junto a vuestros hijos?), y mucho me temo que vamos a tener que sucumbir a alguna de las modas de turno. Aunque me niego a que la lista completa sea más de lo mismo, así que repaso constantemente la web con ellas para ver si pican y me dan una alegría 😉
Os dejo aquí algunas de las cosas que van fijo en mi lista…
… si hay una frase que me recuerde a mi padre es la de «a tu edad yo no salía, ¡yo estuve jugando a las chapas hasta que me casé!», que nos repetía hasta la saciedad a todos y que terminaba con el ataque de risa generalizado. Así que sí: este año, sí que sí, pedimos el juego de chapas de Real Fábrica, para que el abuelo les enseñe a jugar. O las tabas, que a esas sí que jugaba yo, ¡y cuantísimo!
… que levante la mano quien no haya llegado al patio del colegio con un taco de cromos que no había mano que abarcara y una lista en papel de cuadrícula donde escribías a mano los cromos que te faltaban para completar el (dichoso) álbum, y que pasabas a limpio cada dos por tres (no tengo muy claro qué me gustaba más, si la lista o el álbum). Yo aún recuerdo el de La Bella y la Bestia y el cromo de Lumière que no había forma de encontrar. Mi hija, sin embargo, es más de cromos de fútbol (en su clase hay mayoría de chicos, ¿se nota?), y lleva un par de semanas pidiéndome el álbum de cromos de la Liga. Este cae seguro. Ya me estoy frotando las manos de pensar en la súper lista de cromos pendientes que vamos a hacer…
… me enamoré de las cintas slackline desde la primera vez que las vi en Kinuma (qué tendrá esa tienda que cada vez que entro me lo llevaría todo). La mecánica no puede ser más sencilla: son unas cuerdas que se atan a dos puntos fijos (dos troncos de árbol, por ejemplo) y hay que tratar de mantener el equilibrio de pie sobre la cinta, caminando o haciendo piruetas varias. ¿Aire libre y ejercicio? ¡Esto va de cabeza a mi lista! Seguro que a mi kamikaze particular le viene de perlas. Y no digo nada, pero tengo ya fichados los dos árboles de casa de mis padres. ¡Olé!
… ¿a qué niño no le gustan los tatuajes? Las mías se pasan el día buscando tattoos en las bolsas de ganchitos, pegándose pegatinas, pintándose las manos… o a su hermano («mira mamá, le he hecho un tattoo a Bosco». Con pilot. En la mejilla. Y así estuvo tres días, hasta que conseguí borrárselo del todo). Así que estos tattoos de Peek and Pack van de cabeza a la lista.
… cuando éramos pequeñas mi hermana y yo teníamos unas ositas de trapo con las que íbamos a todas partes. Mis hijas tienen la mía guardada junto con el resto de peluches. Mi hija Ana tiene cierta obsesión con los muñecos para dormir, ¿estas cosas se heredarán? Hoy, por suerte, los muñecos de trapo se han modernizado y buena prueba de ello son los cojines de Bandide. Bandit Bear va directo a la lista. Nos ha ganado con su antifaz de bandido.
… termino, cómo no, con un libro: Cien ideas curiosas, un libro «participativo» para que los niños puedan leer, experimentar, pintar y descubrir. Un libro no-aburrido, vaya. Y las láminas gigantes de Menudos Cuadros, que van en la carta a los Reyes Magos de mi hija Blanca (y que conste que este lo ha elegido ella en cuanto lo vio: ¡es adicta a pintar y colorear!).
Ahora, a ver cómo nos apañamos entre todos para que de los 4 regalos que pueden incluir en su carta a los Reyes Magos, dos al menos sean diferentes y no más de lo mismo. ¿Y vosotros? ¿conseguís hacer cambiar de idea a vuestros hijos con respecto a los juguetes que piden o no hay manera? ¿Qué regalos recordáis de cuando éramos pequeños y recuperaríais a toda costa para vuestros hijos?
¡Qué disfrutéis mucho del fin de semana!
-María