Aunque siempre te advierten que el primer año de guardería los niños cogen todos los virus-bichos-enfermedades que se te ocurran, yo pensaba que mi hija no los cogería (jeje, qué ilusa, ¿verdad?) Durante sus dos primeros años de vida apenas había cogido algún resfriado mínimo, y lo máximo que había tenido eran 37º de fiebre, y eso viviendo durante un año en Nueva York con temperaturas de hasta -10ºC y cogiendo el metro con ella todos los días… Total, que ilusa de mí, creí que ella se libraría.
Empezó la guardería al mes de cumplir 2 años, coincidiendo con el primer mes de vida de su hermanito. Y llegaron los bichos a casa. Y no nos abandonaron hasta que acabó el curso. En particular, la bronquiolitis atacó a mis niños (ni más ni menos que ¡8! bronquiolitis cada uno, el más pequeño cogió la primera con sólo 2 meses…).
Jarabes de todo tipo, aerosoles, medicinas varias, cunas/camas inclinadas, humidificadores… nada conseguía que mis pobres niños descansaran por las noches, y al final una amiga, oyendo mis quejas y lamentos porque mi hija llevaba cuatro noches vomitando a media noche por culpa de la tos, me dijo: «Ponles una cebolla partida en la habitación durante la noche. Huele a rayos, pero funciona».
Por supuesto y teniendo en cuenta que estaba desesperada por conseguir que mis pobres niños descansaran (ya había llegado a dormirme con ellos en el sofá para mantenerlos sentados durante la noche y que la tos no les ahogara), lo probé. Y el truco de la cebolla salvó mi año e hizo que mis niños, con bronquiolitis y todo, pudieran dormir por las noches. Mi experiencia es que funciona, pero como ya me advirtió mi amiga Marta: toda la casa huele a rayos (aunque para mí eso es un mal menor).
Agradecida como estaba a la cebolla, investigué un poco en internet, y parece que la cebolla tiene numerosas propiedades curativas, y entre ellas es un remedio casero para la tos utilizado desde hace mucho tiempo, vamos, el típico remedio de la abuela (que al final es el que siempre funciona 😉 Parece que debido a los aromas y vapores que emana, humidifica de forma natural el ambiente y por ello tiene un efecto mucolítico que es el que ayuda a los niños (y a los que no lo son tanto si se atreven con este truco) a no toser tanto por las noches y, por tanto, a dormir.
Aquí he leído que los expertos dicen que la cebolla tiene un componente en abundancia que se denomina polifenoles, y que éstos aumenta las defensas y tienen propiedades antiinflamatorias, lo que al parecer justifica que el efecto calmante sobre las vías respiratorias.
¿Y cómo hay que poner la cebolla si los niños tienen tos con expectoración?
Simplemente hay que partirla por la mitad y en dos o tres trozos grandes (yo suelo poner media a cada niño cuando tienen tos, si están muy cogidos pongo una entera) justo antes de que se vayan a dormir y ponerla en un cuenco en su habitación. Indagando vi numerosos comentarios que decían que el efecto era aún mejor si se echaba una cucharada de azúcar y unas gotas de agua.
Dicen que así el olor no irrita tanto y que el azúcar fomenta la difusión de sus aromas. La verdad, yo no sé la razón científica del agua y el azúcar, pero por si acaso también se lo pongo.
Luego se deja la puerta de la habitación como mínimo casi cerrada, para que los vapores se concentren en la habitación… y si os funciona tan bien como a mí los niños dormirán como angelitos.
Así que os resumo mis consejos para utilizar la cebolla para la tos nocturna:
- Partir la cebolla por la mitad;
- Volver a trocear en dos o tres trozos cada mitad;
- Poner en un cuenco con un poco de azúcar y un poco de agua.
- ¡Y adiós a la tos nocturna!
Lo dicho… God save the onion!!!
– Mar
PD: Otro truco que me funciona muy bien y me dijo el pediatra es poner vicks vaporub en la planta de los pies. Así que ahora, cuando hay toses en casa, cebollas por todas partes y vicks en los pies (¿?) Sin embargo, mucho cuidado con este otro truco y os sugiero que consultéis primero al pediatra: al parecer, es muy peligroso poner vicks vaporub en el pecho a menores de 3 años, aunque en la planta de los pies según dice mi pediatra es totalmente inocuo. Ah, y no tengo ni idea de por qué funciona, pero funciona. No obstante, antes de ponerlo en práctica, mejor preguntar, que éste no es remedio casero como el de la cebolla…
PD2: Aquí podéis leer más propiedades curativas de la cebolla… curioso saber todas las propiedades que tiene…
PD3: Si tenéis algún truco para calmar las toses nocturnas de los niños, por favor, compartidlo para que todas nos lo apuntemos 😉
PD4: Qué post más largo… por lo menos espero que os sirva…