imagen
Tal y como os adelantaba en el primer post del 2017, hemos empezado un año de grandes cambios y uno de ellos es que dejamos esta casita que tanto nos gusta y en la que tan buenos recuerdos hemos creado para irnos a otra en la que no dudo que estaremos también fenomenal, aunque ahora mismo se me está haciendo un poco cuesta arriba y sólo pienso en la penita que me da dejar atrás esta en la que tan bien hemos estado y en la que me habría gustado quedarme muchos años más. Pero Alfonso y yo hace tiempo que tomamos la decisión de vivir de alquiler, algo que nos brindaba la oportunidad de cambiar de casa a medida que las circunstancias lo requerían y, aunque nuestra elección tiene muchas ventajas, también tiene un gran inconveniente y es que dependes del propietario; en nuestro caso, que querían vender la casa (¡afortunado quien la compre!).
El caso es que, con esta nueva mudanza, se cumple totalmente mi mal de cada embarazo: niño nuevo, casa nueva. Y os aseguro que no es porque quiera jajaja. El único embarazo en el que no tuve que mudarme fue con la mayor, pues aún cabíamos en nuestro pisito de recién casados; embarazada de Ana vimos claramente que no había manera de que cupiéramos, así que nos mudamos con mi tripa de 7 meses; con Bosco estuvimos tentados de quedarnos donde estábamos pero entonces, en pleno «síndrome de nido», descubrimos «la» casa y, con un tripón de 8 meses y pese al terror de mi madre por que se adelantara, volvimos a mudarnos. Esta vez juro que ni síndrome de nido ni nada… de hecho, me reía con mi marido porque le decía que era la primera vez que nos íbamos a quedar donde estábamos, y estaba feliz. ¡JA! Aquí estoy de nuevo, con una tripa considerable y planeando nueva mudanza. ¡Pero tan felices! Cansada, sí. Con pocas ganas del momento «mudanza» y «redecora toda una casa» que en cualquier otro momento tanto me habría gustado, sí. Pero ilusionada con el cambio, eso seguro; ya os dije que el 2017 no podría con nosotros y pensaba disfrutar todo lo que nos deparara.
Así que, por si a alguno puede venirle bien mi experiencia con mudanzas, me he animado a escribir este post y contaros lo que he aprendido entre unas y otras:
- Toda ayuda es poca, así que si alguien se ofrece a echarte un cable no le digas que «no, gracias», ¡no te imaginas la de cosas que pueden salir de una casa vivida a fondo!
- Antes de mudarte, piensa bien qué cuadra en la nueva casa y qué no va a cuadrar; no tiene sentido mudar muebles y cosas que vayan a ir directos al trastero y que sepas que no vas a utilizar más. Lo mismo con el trastero: antes de mudarte haz una buena limpieza de cosas que tengas ahí que no sabías ni que tenías, o que no hayas utilizado nunca. Wallapop en estos casos es una maravilla, pero recuerda empezar un tiempo antes de la fecha en que tienes pensado mudarte.
- En mi caso, en esta tercera mudanza y estando embarazada, no me planteo otra cosa que no sea contratar una empresa de mudanzas que me eche un cable en condiciones; las hay que hacen y deshacen las cajas si quieres, preguntad precios porque puede que os sorprenda. Comprobad que tengan seguro de mudanzas, por si acaso hubiera algún problema.
- Organizad bien las cajas y, a ser posible, empezad con tiempo. Podéis utilizar un código de colores para cada habitación (muy visual) o ir escribiendo en cada caja qué hay y dónde va, cualquiera de las dos opciones son más que válidas. Eso sí: nada de ir haciendo cajas al tuntún y completando con cosas de varias habitaciones, porque os volveréis locos cuando queráis deshacerlas en la nueva casa. Yo voy cuarto por cuarto haciendo cajas, tratando de que sigan un orden; hoy en día hay maravillas como cajas con barra para colgar directamente la ropa de los armarios y que puedas colgarla de nuevo otra vez en el armario de la casa nueva; investigad un poco y ahorraréis tiempo y dolores de cabeza. El nivel «pro» de esto es que apuntéis qué hay en cada caja, previamente numerada, a medida que la vais haciendo, aunque he de decir que yo nunca he hecho esto porque no suele darme la vida para tanto 😉
- Marcad bien las cajas que tienen que mudarse sí o sí cuando se muden los muebles grandes, como las camas, para que podáis dormir en la casa nueva sin problemas: accesorios de baño, sábanas y toallas, ropa de muda y pijama, algo de comer y agua o algo de beber. Otra opción, aún mejor, es que os encarguéis vosotros mismos de esas cajas (que no deberían ser más de dos) y las llevéis en vuestro propio coche para que no haya peligro de que se pierdan entre las demás.
- Si tenéis los cajones de los armarios organizados con separadores, por ejemplo, o los juguetes de los niños en cestos, no hace falta que hagáis una caja sacando las cosas de cada sitio; forradlo bien con plástico o metedlo dentro de una bolsa que podáis cerrar y metedlo en cajas (de nuevo, organizadas por cuartos y bien marcadas), así podréis tenerlo listo en la casa nueva con sólo quitar el plástico.
- Cuidado con las cosas frágiles. Los trapos de cocina son perfectos para protegerlos; tratad también de conseguir cajas con separadores para llevar los vasos y copas, envolved los platos en papel (en algún lado he leído como tip que pusierais un plato desechable de esos blancos y más gorditos que los de papel entre plato y plato, pero no sé qué tal funcionará), y marcad bien las cajas con cosas frágiles para que tengan cuidado a la hora de transportarlas.
- Si tenéis niños pequeños o mascotas buscad quién podría echaros un cable con ellos; las mudanzas son cansadas, requieren mucho movimiento de un lado a otro, y los niños fácilmente se cansen antes. Si podéis, agradeceréis que pasen el día en casa de los abuelos, de algún tío o de algún amigo.
- Si es imposible porque no tenéis familia cerca o acabáis de llegar a una ciudad nueva, tratad de deshacer primero el cuarto de los niños y, sobre todo, sus juguetes. De esta forma podréis tenerlos entretenidos si se cansan antes de tiempo y vosotros podréis seguir avanzando. En este caso, aseguraos de tener a mano algo de comida o picoteo a mano por si acaso.
- El día antes de la mudanza intenta ir al piso nuevo para limpiarlo bien y dejarlo todo listo para empezar a descargar muebles y llenar armarios a medida que vayan llegando las cajas. Te servirá, además, para hacerte una idea de dónde quieres que vayan los muebles en la casa nueva y así puedas indicar correctamente dónde dejarlos el día de la mudanza.
- Lo mejor, si puedes, es que haya alguien en la casa que dejas, supervisando lo que se llevan, y alguien en la casa nueva indicando dónde dejar las cosas; te ahorrará tiempo y quebraderos de cabeza después a la hora de deshacer cajas y saber qué hay en cada una de ellas.
- Haced las camas que se vayan a utilizar esa primera noche en cuanto lleguen. Me agradeceréis este consejo de noche, cuando hayáis terminado de descargar cajas y os duelan hasta las pestañas jejeje.
Seguro que me dejo algún consejo, pero no os preocupéis que estaré pendiente y editaré el post si veo que me he dejado algún consejo útil 🙂
¿Y vosotros? ¿Lleváis también unas cuantas mudanzas a vuestras espaldas? ¿Cuál es el mejor consejo que os han dado nunca y que habéis agradecido hasta el infinito y más después de una mudanza? ¡Soy toda oídos que en dos semanas me vendrá de perlas!
-María