Aunque mis hijas siguen siendo unas auténticas «micos», no puedo evitar ver habitaciones para niños algo mayores y grabarlas a fuego en la retina para cuando me toque reconvertir el cuarto de mis peques en uno para «no tan peques». Y este que he visto en Doolittle es, sin duda alguna, una fuente de inspiración en toda regla.
Me encanta el cuadro con el mapa de París y el detalle de las alitas de ángel (aunque en mi caso sé a ciencia cierta que no durarían ni medio minuto ahí puestas y en perfecto estado), y me atrae mucho la mezcla de elementos naïf con la calavera del cojín o el tono verde militar. Y si a esto le sumas que en la habitación hay sitio para un tipi… ¡entenderéis por qué me tiene tan conquistada!
-María