¿Os acordáis de la receta de bizcocho de naranja y limón que hacía mi abuela y que publicaba no hace mucho? Pues resulta que el año que estuve viviendo en Nueva York descubrí unas magdalenas cuyo sabor me recordaba muchísimo al bizcocho de mi abuela, así que me volví adicta a ellas y enseguida quise saber cómo se hacían. Una de las cosas que más disfruté en Nueva York, y aunque os parezca raro, fue ir a los supermercados-delis de la ciudad: os aseguro que son auténticos espacios gastronómicos para deleitarse, con estanterías llenas de quesos procedentes de todo el mundo que además te invitan a probar, embutidos de todas clases, zumos naturales de todos los sabores… y todo, en muchos de ellos (no en todos, claro), perfectamente presentado y cuidado. Me refiero por ejemplo al West Side Market (donde compré estas magdalenas), a Citarella, Whole Foods, Eately y a muchos, muchos otros… seguro que quién haya pasado allí una temporadita me entiende…
El caso es que descubrir esas magdalenas me dio la idea de probar a preparar magdalenas de limón caseras con la masa de la receta de mi bizcocho preferido (la masa también lleva naranja, pero así están más ricas ;), y añadiéndole Poppy Seeds o semillas de amapola, que es lo que tenían los muffins que compraba allí. Encontré las Poppy Seeds en una herboristería y la verdad es que le dan un toque muy rico, simplemente hay que añadir una o dos cucharaditas a la masa, verter en moldes de muffins y listo… Ya tenemos las Lemon Poppy Seeds listas, vamos, lo que vienen siendo unas magdalenas de limón de las de toda la vida pero muy ricas y con un toque muy especial…
– Mar
