Me parece que me estoy «madrileñeando», porque yo toda la vida a las nubes no les he llamado nubes. Les he llamado esponjitas. Pero claro, aquí llevo 13 años, y si pido en un kiosko de chucherías una esponjitame miran como si hablara en alemán… ¡pues en Sevilla siempre han sido esponjitas! En fin, por aquello de ser un poco más «internacional» os he puesto esculturas de «nubes», pero vamos, que tenía que haber puesto «esculturas de esponjitas»… ¿y de qué va esto? Pues la verdad es que vi una imagen en Pinterest (cómo no, últimamente la inspiración para cualquier proyecto siempre viene de ahí, ¿no os pasa?) y lo guardé entre mi lista de «to do’s» para hacerlo con Mar, ya que es una niña súper inteligente (y no es porque sea mi hija), pero las habilidades manuales no son lo suyo, así que pensé que ponerla a hacer castillos y esculturas de esponjitas (bueno, o nubes, como queráis) le venía que ni pintado, y no os podéis imaginar lo entretenida que estuvo mientras su madre corría como una loca haciendo fotos a otros proyectos para Bebestilo y para The Little Factory, que una tiene poco tiempo y tiene que aprovechar…
Por eso os quería recomendar hoy este proyecto para hacer con los peques de la casa, porque yo pensaba que Mar con tres años no sería capaz de hacer las esculturas y no os podéis imaginar cómo aprendió de rápido y lo bien que se le dio, y eso que ya os digo que esto de hacer manualidades no es lo suyo…
¿Qué necesitas?
– Nubes o esponjitas, como queráis llamarlas, de tamaño pequeño (yo las compré en Tiger)
– Palillos de dientes
¡Manos a la obra!
Yo creo que este proyecto no necesita mucha explicación… Sólo hay que unir las nubes con los palillos e ir diseñando formas geométricas como triángulos y cuadrados y luego unir éstas entre sí para formar castillos y esculturas geométricas con volumen… ¿fácil, no?
Y los materiales no pueden ser más sencillos, nunca un juego que les entretenga tanto os va a resultar tan barato, eso seguro, y si conocéis alguno… ¡por favor, contádmelo! Soy toda oídos…
– Mar