Con el tercero es cuando, de verdad, te das cuenta de que te has quedado sin manos. Llamadme histérica, pero si ya de por sí me ponen nerviosa las aglomeraciones de gente, cuando voy con mis hijos me pongo hasta de mal humor. Bueno, vale, tanto no. Pero casi. Reconozco que me da terror la idea de que se me despiste uno y se sienta, aunque sea por un segundo, agobiado porque no me encuentra.
No me malinterpretéis; creo que es bueno dejarles correr a sus anchas y normalmente no me importa si veo que se despistan: creo que así aprenden a desenvolverse y enseguida me encuentran (y, en cualquier caso, podéis imaginar que en esos casos yo no les pierdo de vista: les observo desde la distancia, preparada para correr en su busca si veo que se agobian o que van a echar a correr en dirección contraria para tratar de encontrarme); pero eso es cuando estamos en el parque, o cuando damos un paseo tranquilos y sin aglomeraciones que valgan. Mi problema es cuando quiero ir con los tres a dar una vuelta por el casco antiguo (Sol, Plaza Mayor, and so), por ejemplo, o cuando, como en el caso de estas fotos, fuimos a pasear por Malakids para visitar el stand de Bugaboo y aprovechamos para dar una vuelta por la zona que, dicho sea de paso, es un plan cada año más divertido. Allí nos reunimos con Mar y su familia, a la que le pasa lo mismo que a mí, y aproveché para hacerle estas fotos para enseñároslas.
Porque sí: en situaciones como esta es donde entra en juego la importancia de tener una buena mochila portabebés. Así que cuando desde Babybjörn nos ofrecieron probar la nueva mochila WE no lo dudamos ni un momento: si la mochila portabebés ya nos parecía un imprescindible en toda lista del bebé, ¡con el tercer hijo, más!
He de decir que, además, es una mochila que me gusta mucho: es fácil de poner y de quitar, así como de meter al bebé dentro. Me gusta especialmente porque llevas al niño hacia ti, resguardado y pegadito (perfecto para que se sientan protegidos, sobre todo cuando son pequeñitos) y en una posición ergonómica, algo tan fundamental ahora que todos conocemos la importancia de llevar a los bebés en una postura adecuada.
El refuerzo de la cadera, además, reparte mejor el peso del bebé de manera que no carga sólo los hombros, algo que se nota, ¡y agradece!, sobre todo cuando tienes un gigante gordinflón como Bosco por hijo 😉 Aunque es cierto que al principio echaba de menos poder llevar al niño mirando hacia delante, pues mi experiencia con otras mochilas me dice que los niños disfrutan, y mucho, de las vistas; pero si es mejor para sus caderas que vayan mirando hacia dentro, y en posición de «rana», yo no soy quién para decir nada 😉
Para mi gusto, la gran novedad con respecto a la mochila porta bebés que teníamos nosotros antes es que puedes ponértela en la espalda para llevar niños algo mayores (a partir de 1 año y hasta que pese 15kg o mida 100cm, según su web y que, para que os hagáis una idea, mi hija Ana cumple 4 ahora y aún estaría dentro del rango), lo que permite prolongar el uso que se le da a la mochila porta bebés, pues en casa, al menos, en cuanto llegaban a los 7-8 kg dejábamos de utilizar la mochila porque con mi ya de por sí maltrecha espalda no aguantaba ni diez minutos.
¿Cómo resolvéis vosotros los paseos con más de un hijo? ¿Se os ha despistado alguno alguna vez? ¿Habéis probado este tipo de mochilas o sois más de llevar al niño en el carrito?
-María