No sé a vosotros, pero a mí las navidades me agotan… todo el día de un lado para otro, corriendo detrás de los niños (o del regalo de última hora que se te había olvidado, ¡que no sé qué es peor!). Por eso hoy os traigo esta cuna colgante de Kindeke Klein que he visto en TOT-a-LOT y que me ha enamorado por la paz que se respira en la imagen… ¿o me vais a negar que no desearíais volver a ser niños para descansar ahí?

Evidentemente lo mejor es el entorno (siento comentaros que no viene incluido en el precio de la cuna), pero la cuna colgante en sí también es genial. Y no sólo porque estéticamente me parezca maravillosa, sino porque al estar colgada, el simple movimiento del bebé hará que se mezca, calmándole inmediatamente (que levante la mano la madre reciente que no alargue el brazo automáticamente a la mínima que oye un ruido, ¡aunque el ruido en cuestión venga de la casa de al lado!). Además, al estar suspendido por cuerdas, si tu bebé tiene reflujo bastará con que tires un poco de la cabecera para que se quede un poco inclinada; algo conveniente también los primeros meses de vida del bebé. 

Entre los accesorios de esta genial cuna colgante encontraréis unas patas para poder llevaros la cuna a cualquier rincón de la casa (sin necesidad de taladrar una pared de cada cuarto), un dosel para resguardar a vuestros pequeños del exceso de luz y ruidos del mundo exterior o el colgador en forma de rama (que personalmente me tiene hechizada). En TOT-a-LOT encontraréis la versión doble para gemelos, y para aquellos a los que esto de las alturas les da algo de vértigo: la cuna tiene cuatro patas, por lo que se puede apoyar en el suelo sin problemas.

– María