Desconectar para reconectar

desconectar para reconectar

Llevo tanto tiempo diciendo que sí, que me da tiempo, que quiero retomar el blog porque es algo que me encanta y que pienso hacerlo, y sin cumplir conmigo misma, que hoy he decidido sentarme de una vez por todas delante del ordenador y reconocer, en cierto modo, que no puedo hacerlo. Y me da una rabia horrible porque odio, con toda mi alma, llevar la coletilla de «no me da la vida» siempre en la punta de la lengua.

Mi familia y amigos, que me conocen bien, saben que no soy de quejarme, que odio decirle a nadie que me da o no me da tiempo a hacer las cosas porque todos tenemos las mismas limitaciones de tiempo y cada cual se las apaña como puede: siempre he pensado que tener o no trabajo y tener o no familia, o más o menos hijos, no son excusa para que te dé o no tiempo a hacer las cosas, y lo sigo manteniendo; sencillamente, hay momentos en la vida en que por mucho que quieras no llegas a todo, y no pasa nada por reconocerlo. 

Ya os dije que 2017 y yo no habíamos empezado con buen pie, pero también os dije que pensaba disfrutar de este año cayera quien cayera y lo mantengo. Y yo disfruto, y mucho, escribiendo en Sonambulistas, así que no os preocupéis que con este post no estoy diciendo que no vaya a aparecer, ¡ni mucho menos!, simplemente os cuento que aunque este primer trimestre ha sido un poco montaña rusa yo estoy como mi hija en la foto: del revés pero sin perder la alegría. Y sí, quizá me cueste un poco más encontrar el momento de sentarme delante del ordenador, editar fotos y traeros nuevas ideas, recursos y proyectos, pero no dudéis que lo encontraré, que tampoco voy a dejar a la pobre Mar cargar con todo el peso de Sonambulistas, jejeje.

Sencillamente, no quiero que Sonambulistas se convierta en un carga porque, como decimos muchas veces en los cursos de Blogging de Hello! Creatividad, si te sientas medio obligado delante del ordenador a escribir un post lo mejor es tomarse un tiempo, parar, desconectar, e intentar retomarlo más adelante pero con ganas y energías renovadas. Y eso es precisamente lo que estoy haciendo yo: me he parado, me estoy quitando de la cabeza ese constante «tengo que publicar en el blog» y estoy disfrutando, por el camino, de mi marido, de los niños, de nuestras familias, de la casa nueva y de prepararlo todo para la llegada de Icíar, mientras recopilo ideas, fotos e historias que contaros muy pronto por aquí.

mi mundo al reves

Stay tuned, que en breve estoy de vuelta 😉

-María

Yo también necesito un recreo

Nos ha llegado este vídeo de la nueva campaña de Babybel y a mí, al menos, me ha hecho reflexionar. Reconozco que hay dos cosas que me han matado: la primera frase, la de «mi madre está todo el día trabajando», y cuando la niña que dice eso de «mamá, descansa un poco, descansa un poco» imita a su madre con el teclado del ordenador y el móvil… ¿no os habéis sentido también identificadísimos?

Da igual padre que madre, no se trata de eso aquí, sino de lo fáciles que son siempre las cosas para los niños. Lo simples que son, y lo complicadas que las hacemos nosotros mismos.

Porque sí, a veces no nos damos cuenta pero somos el mejor ejemplo para nuestros hijos, que lo ven todo, ¿y qué tipo de ejemplo les estamos dando si no somos capaces de cortar un poco y disfrutar de nuestro «recreo» con ellos?

Siempre digo que soy una afortunada porque tengo la suerte de trabajar desde casa y (normalmente) puedo organizarme como quiera para no perderme nada de la vida de mis hijos, pero lo cierto es que a veces, cuando recojo a las niñas del colegio con toda esa energía con la que salen y les digo que «luego bajamos al parque» porque sé que tengo que ponerme a trabajar para terminar «un par de cosas» y me da la hora de los baños y cenas… esas veces no me siento, para nada, tan afortunada. 

Y menos aún cuando bajan al parque con mi hermana o con la persona que nos echa un cable en casa y yo les juro y perjuro que en un ratito bajo, que tengo que terminar una cosa rápida… y cuando quiero darme cuenta han pasado dos horas y las estoy oyendo en el rellano del ascensor, ya de vuelta. Seguro que a alguno os suena, ¿a que sí? No hace falta trabajar desde casa para haberlo vivido.

Por eso la campaña de Babybel me ha hecho reflexionar tanto: porque en el fondo sé que no cuesta tanto cortar y seguir después, cuando ya están en la cama. Que sí, que quizá esa noche me iré a la cama a las mil, pero habré podido disfrutar de las risas y juegos de mis hijas, al menos un rato. Quizá incluso sería más fácil bajar un rato al parque con ellos, disfrutar con ellos de su momento de la merienda, que los niños también tienen que reponer fuerzas, y volver a subir después, tras nuestro «recreo» particular, y terminar de trabajar mientras ellos juegan en casa, que tampoco es tan mal plan.

El caso es que el vídeo me ha gustado, y por eso lo comparto con vosotros. Da mucho que pensar, ¿no creéis? Yo, desde luego, me quedo con dos ideas fundamentales: que no tenemos que perder nunca las ganas de salir a jugar al recreo, aunque ese «recreo» cambie en función de la edad de cada cual, y que la vida es muy corta para pasarnos los días delante de una pantalla del ordenador. Vale, va: y que los niños crecen demasiado rápido, ¿de verdad vas a perdértelo?

-María

Desconectando, que es gerundio

Somos de esa generación que podrá contar a sus hijos que nosotros vivíamos antes de que existiese internet, los smartphones o las tablets. El otro día lo comentaba con mi padre y él me decía que cuando él era pequeño no tenía no ya internet o televisión, sino tampoco luz o agua corriente (mi padre vivía en una pequeña aldea gallega y allí esas cosas como que no llegaban, y menos si no había dinero, como era el caso).

A lo que iba: La vida antes de. La vida sin. Antes de internet. Sin móviles, sin cámaras fotográficas de última generación, sin redes sociales que te mantienen conectado a todas horas. La vida con. La vida con momentos que simplemente se disfrutaban. La vida con cartas que se enviaban por correo postal. La vida con libros que olían a papel y que te permitían sentir el placer de pasar las páginas una a una, saboreándolas, con calma.

No digo que esté en contra de internet, los móviles o las redes sociales: es más, me parece que te abren nuevos mundos y que crean conexiones impresionantes. Pero a veces observo el mundo con los ojos de la chica de este vídeo. Y entonces me obligo a simplemente guardar momentos sólo para mí. A desconectar. A disfrutar simplemente del momento.

Y a vosotros, ¿también os pasa? ¿os resulta fácil desconectar? Yo reconozco que a mí me cuesta bastante, pero ¿no creéis que también nos perdemos muchas cosas por estar siempre pendientes del móvil? Tengo curiosidad, ¿qué pensáis del vídeo? ¿es exagerado o real como la vida misma?

– Mar

PD: Have a nice day y tiempo de calidad