4 excursiones cerca de Lisboa

Excursiones cerca de Lisboa - Cabo espichel Portugal

La verdad es que he ido muchas veces de viaje a Portugal. Muchísimas. En Lisboa había estado muchas veces, y también había ido a hacer excursiones cerca de Lisboa, como Sintra, Cascais y Estoril, pero nunca había hecho excursiones cerca de Lisboa más hacia el Sur.

Mi padre es gallego y vivíamos en Sevilla, así que casi cada verano nos cruzábamos Portugal para visitar a la familia.

Esta Semana Santa tuvimos la suerte de conocer toda esa zona y no sabéis cómo me sorprendió, ¡es alucinante, y sólo a media hora / cuarenta minutos al sur de Lisboa!

Además, contábamos con las pedazo de recomendaciones de Piluro y Horacio y con todas las que me dejasteis en el post de Lisboa con niños en el que os pedía ayuda, así que casi casi podemos decir que nos sentimos como auténticos locales 😉

Así que nos ponemos a ello, apuntad estos excursiones cerca de Lisboa como uno de los viajes que haréis pronto, porque os aseguro que os van a dejar sin palabras, como a mí.

Todos los sitios que incluyo a continuación están muy cerca de Sesimbra, que es donde nos quedamos, por si queréis montar «la base» allí:

 

1 // CABO ESPICHEL

Creo que fue la zona que más nos impresionó del viaje y diría que desde ahora una de mis recomendaciones number one en cuanto a excursiones cerca de Lisboa y sitios que ver por la zona.

Excursiones cerca de Lisboa - Cabo Espichel

Excursiones cerca de Lisboa - Cabo Espichel

Excursiones cerca de Lisboa - Cabo Espichel

Cabo Espichel es el cabo que se encuentra en el extremo sudoeste de la Península de Setúbal. Unos acantilados alucinantes, con un monasterio deshabitado y un mirador sobre la cumbre, un pintoresco faro y la posibilidad de pasear por los caminos que van sobre los acantilados. 

Excursiones cerca de Lisboa - Cabo Espichel faro

Excursiones cerca de Lisboa - Cabo Espichel

Excursiones cerca de Lisboa - Cabo Espichel

Excursiones cerca de Lisboa - Cabo Espichel

A mis niños les encantó y la mayor parte de la zona está vallada, aún así os podéis imaginar el miedo que me daba cada vez que los niños se acercaban a la valla, pero reconozco que merecía la pena, y mucho. Además, nos dio la oportunidad de hacer un poco de plan de «campo», coger flores y desconectar, y de redesayunar unas «torradas con manteiga» en el bar que hay en el Monasterio que estaban de muerte.