Una oportunidad. Una oportunidad para pasar una tarde divertida. Una oportunidad para aprender a gestionar emociones. Una oportunidad para avanzar. Una oportunidad para merendar.
Como padres, si algo deseamos para nuestros niños, es que tengan oportunidades. Y creo que desde que tenemos hijos somos aún más conscientes de que no todas las familias tienen la misma capacidad para ofrecer esas oportunidades a sus hijos.
El proyecto que os queremos contar hoy es uno de esos que merecen la pena, ya que su principal objetivo se resume en dar una oportunidad. O, mejor dicho, dar cientos de oportunidades, porque cientos son los niños que reciben cada día los Centros de Día de Aldeas Infantiles SOS. Pero dejadnos que os contemos un poco más…
El Caserío, que durante sus 85 años de vida ha alimentado a más de 3 generaciones en los hogares de España (quién no recuerda el mítico “Del Caserío, me fío”) ha dado un paso más allá en su propósito de alimentar a los niños de este país y se ha comprometido a donar 100.000 euros a Aldeas Infantiles SOS para contribuir a la creación de un Centro de Día, uno de los enclaves esenciales para la organización en su labor de prevención y apoyo a los menores.
Pero no lo harán de cualquier forma: El Caserío nos permitirá también a nosotros ser partícipes de este bonito proyecto, y para ello han creado unos packs como el que veis en la imagen de quesitos, queso rallado y queso para fundir. Por cada pack, la empresa donará 5 céntimos para el proyecto, como nos cuentan en la web que han preparado y donde encontraréis toda la información.
Antes de contaros nuestro paso por uno de sus Centros de Día, os invitamos a ver el vídeo que han preparado para presentar su colaboración en el que nos cuentan, desde la perspectiva de un niño, cómo vamos a poder contribuir a mejorar su día a día con este proyecto.
Como os decíamos, cuando nos contaron el proyecto quisimos conocer de primera mano la esencia del proyecto y nos pusimos en contacto con Aldeas Infantiles SOS. La verdad es que fueron encantadores y se ofrecieron enseguida a quedar con nosotras.
Así, el martes, María y yo nos fuimos a pasar parte de la mañana al Centro de Día que Aldeas Infantiles SOS tiene en Collado Villalba, en Madrid, donde conocimos a David, director del centro, y a Laura Pousa, que trabaja en Relaciones con Empresas de la organización.
Con David y Laura tuvimos ocasión de hablar de esas oportunidades que intentan brindar a los niños y a sus familias cada día. De vivir su ilusión, de percibir su convencimiento de que las cosas pueden cambiar, de cómo consideran a los niños el centro de todo y de cómo trabajan de forma incansable para ofrecer esas oportunidades de las que hablábamos al principio.
Aldeas Infantiles SOS trabaja en muchas líneas de actuación para proteger a los menores, y en sus Centros de Día (han creado 20 en España) lo hacen ofreciendo una oportunidad a familias que están viviendo situaciones complicadas por distintos motivos para que, después del cole, niños de entre 6 y 18 años puedan acudir a un espacio multidisciplinar en el que se les ofrece apoyo escolar, se les invita a descubrir la tecnología, se les proporciona un espacio para hacer deporte, se les permite trabajar sus emociones y se les educa en valores.
De nuestra visita al Centro de Día que Aldeas Infantiles tiene en Villalba, y después de conocer a David y a Laura, sacamos una conclusión: el Centro es un ente vivo que se desarrolla y evoluciona por y para dar oportunidades a los niños.
No os podéis imaginar la cantidad de líneas en las que trabajan para apoyar a los niños y a sus familias, con las que también se trabaja en el Centro, pues se parte de la base de que cada niño, con quien mejor está, es con su familia, y se trabaja para que así sea.
Por ejemplo, cuando llegamos había un grupo de mujeres que había pedido al Centro dar clases de pilates, y David y su equipo se las habían ingeniado para conseguir montar el grupo. Pero es sólo un ejemplo…
Han creado un huerto, para acercar la naturaleza a los niños.
Han montado un comedor, porque a nivel público se recortaron las becas de comedor en los coles y había familias que seguían necesitando contar con ese apoyo, así que actualmente proporcionan una alimentación sana y equilibrada a 20 niños a diario.
Han creado unos grupos en los que se forma a los mayores de 16 años que no consiguen terminar los estudios como ayudantes de cocina, y allí mismo en el Centro reciben la oportunidad de tener una salida profesional.
Tienen duchas a disposición de cualquier familia que por la razón que sea pueda necesitarlo, pues su objetivo principal es la integración de las familias y los niños en la sociedad, y esa integración pasa por poder brindarles oportunidades básicas como a los demás.
Los proyectos del equipo de educadores llenan las paredes para formar a los niños a nivel emocional, artístico, lúdico y académico pero, por encima de todo, a nivel humano.
Todo ello para conseguir que los 120 niños y sus familias que pasan a diario por los tres centros que tienen en Villalba, así como todos los niños y familias que participan en los proyectos de Aldeas Infantiles SOS, tengan oportunidades; oportunidades, además, que se transmiten en color, en positivo, normalizando situaciones que quizá no son tan normales pero con el objetivo común de dar toda la dignidad del mundo a cada una de esas familias.
Ojalá con este post consigamos contagiaros un poquito la energía que nos inundó a nosotras después de visitar el Centro de Día.
Ojalá nos anime a descubrir qué hay detrás de organizaciones como Aldeas Infantiles SOS, que hacen una labor tan importante en nuestra sociedad, y os pique la curiosidad de seguir descubriendo sus proyectos en su web.
Ojalá muchas más empresas se decidan a seguir el ejemplo de El Caserío, cuya filosofía social va mucho más allá de un manual de responsabilidad social corporativa y se ha implicado activamente en la construcción de un nuevo Centro de Día para que Aldeas Infantiles SOS pueda continuar ampliando el número de niños al que atiende y el número de oportunidades que da cada día.
Ojalá.
