Creo que no soy la primera que ve un portabebés de tela y piensa «¿y eso estará bien atado?», pero ahora que he probado un Kikuyu en primera persona… ¡creo que me he vuelto adicta!
Mi Kikuyu llega tan perfectamente envuelto en papel marrón, con una pegatina blanca con letras plateadas, que da hasta pena abrirlo… Pero la curiosidad me puede, así que trato de no romper el papel (manías que tiene una) y saco su contenido: una caja de cartón duro a rayas beige y blancas, como mi Kikuyu (y me pregunto: ¿la caja irá en función del color del Kikuyu?). Levanto la tapa y ahí está, envuelto en papel de seda blanco y con la misma pegatina del logotipo. De nuevo intento no romper el papel para sacar la bolsita de transporte del Kikuyu, hecha en la misma tela que el portabebés. Junto con mi Kikuyu, un folleto explicativo, las instrucciones con las distintas formas de ponérselo y un DVD donde aparece perfectamente explicado.
Aquí es donde normalmente me echaría las manos a la cabeza, pero las instrucciones son tan claras que enseguida me pongo a ello… ¡y lo consigo! «La suerte del principiante», pensaréis. Pues no, y tampoco es porque yo sea excepcionalmente lista y/o habilidosa (que no me importaría, qué queréis que os diga): es que es muy sencillo de verdad.
Eha, «el nido» |
Pruebo las distinas opciones con mi hija pequeña (la pobre es santa), salvo Eha, «el nido», que lo pruebo con la mayor, pues es para cuando el bebé mantiene la cabeza erguida con seguridad. Mi hija tiene casi dos años y le ha encantado: ¡no había quien la bajara después! Y para nosotros también es cómodo, pues el peso se reparte muy bien y es como si llevaras una mochila a la espalda (de 11kg… ¡pero mochila!)
Mi’aye mulemba, «bebé en árbol» |
Mi’aye mulemba, «bebé en árbol», es quizá la postura más cómoda. De hecho, es la que más he utilizado hasta el momento. Se puede usar desde el nacimiento, y es perfecta para cuando el bebé necesita estar cerca de su madre; a mí me habría venido estupendamente cuando Ana empezó con sus cólicos del lactante. Lo bueno es que te deja las manos completamente libres para poder hacer cualquier otra cosa (en mi caso: dar la mano a la mayor).
Mi´aye mulemba, «bebé en árbol» |
Nako kora, «y la rana va», es muy parecida a la anterior, aunque más cómoda si lo que necesitas es subir y bajar al bebé varias veces, pues no hace falta deshacer el nudo para ello.
Nako kora, «y la rana va» |
Me encantan todas, menos Gayi, «como un titi», que, aunque me parece cómodo de llevar y la niña parece a gusto (y eso que es un poco pequeña para esta postura), sobra demasiada tela y si me lo recojo en la cintura no me convence del todo… ¡algún pero tenía que tener!
Gayi, «como un titi» |
Hay cuatro colores: blanco/beige, azul/blanco, rosa/blanco de rayas y azul pitufo. Como curiosidad, sabed que tenéis también una versión para que las niñas lleven sus muñecas igual que mamá.
En resumen: es una solución perfecta para esos momentos en los que la sillita, más que una ayuda, es un incordio, y una alternativa igual de válida, aunque no tan conocida, a las mochilas portabebés. Si además tenéis que hacer algún regalo, y queréis quedar muy bien, no dejéis de visitar la tienda de Kikuyu, ¡estoy segura de que quedaréis como unos reyes!
– María