¿Quién no se ha vuelto loco buscando la silla perfecta para su hijo? Por lo general, o nos hartamos de probar, buscar y rebuscar entre las distintas sillas del mercado, o directamente compramos la misma que tenía nuestro familiar, amigo o vecino y que tanto le gustaba, o aquella que vemos por todos lados por la calle. Desde Bebestilo, queremos facilitaros un poquillo la vida a quienes no tenéis tiempo para ir mareando de un sitio a otro y, por eso, estamos haciendo algunas comparativas entre distintas sillas del mercado. Esta vez, comparamos la Maclaren Quest con la Inglesina Trip, dos sillas de características muy similares y perfectamente comparables, para que veáis las similitudes y diferencias de cada cual y podáis decidir cuál es la que mejor se adapta a vuestras necesidades.
Antes de nada, os confirmo que Maclaren ha sacado un modelo nuevo de Quest, pero como no dispongo de él para hacer la comparativa y tampoco lo he visto por la calle aún, sigo utilizando el modelo Quest 2011.
Empecemos por las características técnicas de estas dos sillas de paseo: son ligeras (5.5 kg Quest sin contar con la capota, cesta ni protector de lluvia y algo más la Trip: 7 kg. incluyendo todo), se reclinan (cuatro posiciones las dos), pero ninguna de las dos se reclina por completo así que están recomendadas a partir de los 6 meses.
Las dos sillas pertenecen al tipo «sillas de paraguas» y ocupan muy poco espacio una vez plegadas. Al igual que ocurría con la ToUR de Mamas&Papas, las dos tienen ventanita en la capota para ver al niño: Trip en la propia capota y Quest en la parte de atrás. Como veis en esta imagen, la de Inglesina es algo más alta que la de Maclaren, algo a tener en cuenta en función de cómo seáis de altos los padres, y el tamaño de las ruedas es mayor.
Las dos tienen un mecanismo de plegado muy parecido: la Maclaren Quest se pliega tirando de la cinta hacia arriba (esa que una vez plegada la silla podéis utilizar para colgárosla del hombro), pisando la lengüeta que sobresale a la derecha de la silla (foto inferior derecha) y empujando el manillar hacia delante para que baje. La Inglesina Trip no tiene cinta, así que en lugar de eso hay que empujar hacia arriba con el pie el tope que encontraréis en la cruceta (imagen superior izquierda), pisad la lengüeta que veréis a la derecha (imagen inferior izquierda) y empujad el manillar hacia delante. ¡Y ya lo tenéis!
Para abrirlas, basta con que soltéis el enganche (a la derecha de la silla en el caso de la Maclaren y a la izquierda en Inglesina) que impide que se abran accidentalmente y tiréis del manillar hacia vosotros. Pisad la cruceta de la silla hasta que haga “clic”, y ya podéis usarla.
El reposapiés de las dos sillas se puede regular. Para ello, en el caso de Inglesina hay que meter el índice por el lateral y tirar hacia ti (funciona igual que la Simba de Koelstra), mientras que en Maclaren hay que tirar de la cinta que sobresale en cada lateral para sacar la barra que hace que el reposapiés se estire; si queréis bajar el reposapiés, bastará con que volváis a empujar la barra hacia dentro.
En esta imagen se ve bien la diferencia de alturas del manillar.
Las dos sillas tienen un arnés de cinco puntos, aunque la forma de atarlo y desatarlo difiere un poco: el modelo de Maclaren es un círculo que hay que apretar tanto por delante como por detrás (ya os dije en la otra comparativa que hicimos que personalmente me parecía que estaba demasiado duro), mientras que en el caso de Inglesina es el enganche de plástico de toda la vida y basta con apretar a cada lado para que se suelten.
El freno: es otra de las diferencias de estas dos sillas. Inglesina lo lleva en la propia rueda, mientras que Maclaren lo lleva en la cruceta (aquí podéis verlo).
Seguimos con las ruedas: en los dos casos las ruedas de delante se pueden dejar fijas o móviles; si os soy sincera, yo siempre las llevo móviles pues es más sencillo maniobrar la silla así, pero me ha llamado la atención lo sencillo que es el mecanismo de Inglesina para dejarlas fijas: basta con apretar hacia abajo la pestaña que encontraréis en las ruedas delanteras, y girar la rueda hasta que se quede fija.
Y ya para terminar, otras dos diferencias mínimas: Maclaren tiene un asa de transporte para que puedas colgarte la sillita al hombro (y que, como ya hemos visto, sirve para ayudarte a plegar la silla), mientras que Inglesina tan sólo tiene el asa en un lateral. Y, como veis en la segunda imagen, el bolsillo de Inglesina es un poco mayor y se cierra con cremallera, mientras que el de Maclaren se cierra con velcro.
El modelo Maclaren Quest está disponible en seis colores distintos, incluye el plástico para la lluvia, y podéis encontrarlo en la mayoría de las tiendas especializadas por un precio aproximado de entre 220€ y 240€.
El modelo Inglesina Trip está disponible en seis colores, incluye el plástico para la lluvia, un porta bebidas y una barrera delantera soft-touch, y podéis encontrarla en la mayoría de tiendas especializadas a un precio aproximado de 169€.
¡Espero que os sirva esta comparativa a quienes andéis a la caza y captura de la silla de segunda edad! No dudéis en dejarnos vuestros comentarios y opiniones, ¡estamos deseando oírlos!
-María