¡Ya estamos de vuelta! Las vacaciones han sido cortas pero intensas, ¡y lo hemos pasado pipa! Tan bien, que hoy comparto con vosotros un plan con niños de lo más apetecible: escapada rural a Yerbo, en Asturias. Hemos estado allí una semana entera, en Ca Lulón, una casita rural dividida en apartamentos de uno o dos dormitorios, con cuarto de baño y cocina independientes, ¡y es un planazo!
Alquilamos la casa entera, puesto que íbamos con la familia de mi marido, y hemos podido disfrutar de mil actividades con los niños (y eso que los nuestros eran pequeños: seis niños de entre 2 y 5 años, ¡ahí es nada!): fuimos al río en Navalengas a buscar oro, a la playa de Otur a que corrieran y se calaran pese a que el tiempo no acompañaba…
Nos enseñaron a hacer bolos y a jugar al bolo de Tineo, fuimos a pescar truchas, ¡y pescamos!, todas las tardes acompañábamos a las vacas de camino a sus establos y vuelta al campo por la mañana, ¡e incluso ordeñamos una vaca!
Teníais que ver las caras de emoción de los niños viendo cómo se ordeñaba y jugando con un ternerito que tenía Ofelia, una señora adorable que cuida sus vacas en Yerbo. ¿Lo mejor? ¡Cómo se volcó Yerbo entero con los niños! Vimos cerdos, gallinas, les dejaron subir a un tractor, paseamos hasta una casona abandonada donde había murciélagos y fuimos a un pueblo medio abandonado donde encontramos caballos… y el último día tuvimos la suerte de ver un ternerito recién nacido en la granja de Raquel, ¡creo que no nos faltó nada!
Aurora y José, los dueños de Ca Lulón, se portaron de diez con nosotros: Aurora nos hizo un bizcocho de naranja para chuparse los dedos, unas galletitas para los niños que volaron inmediatamente, chuches caseras… ¡y nos invitaron a ver cómo recogían patatas! Además de ‘chivarnos’ todos los planes que hicimos, ¡mil gracias por una semana inolvidable! ¿Y vosotros? ¿Qué tal vuestro verano?
-María