Ya decíamos que este Otoño en Madrid nos tiene un poco locas: hoy, por ejemplo, he tenido que quitarle el jersey a mis niños del calor que hacía. Pero la semana pasada hubo un par de días de frío tremendo. El caso es que al buen tiempo le quedan los días contados y mi amiga Marta y yo ya estamos empezando a pensar en planes en casa para hacer con los niños en esas tardes de frío: muchos días juegan solos, pero otros se aburren e intentamos hacer actividades diferentes para entretenerlos. Total, que cuando nos propusieron probar la nueva crema de mermelada de La Vieja Fábrica se me encendió la bombilla: sería la excusa perfecta para hacer un taller de cocina en casa, que a mis hijos mayores no hay cosa que más les guste que cocinar. Un par de mensajes a Marta después ya teníamos el plan: prepararíamos con ellos una receta de croissants de hojaldre con mermelada.
Una de las niñas de Marta, que es la mejor amiga de Mar, es alérgica a la proteína de la leche (aunque afortunadamente en un grado muy bajo), así que no suele ser fácil que nos montemos talleres «cocineros». La verdad es que es increíble la cantidad de cosas que, sin saberlo, lleva proteína láctea. Por eso, la primera prueba de fuego que superó la nueva mermelada cremosa de La Vieja Fábrica fue un whasapp con los ingredientes a Marta para ver si su hija podía tomarla: Prueba superada, así que pusimos a nuestros pequeños cocineros a trabajar en sus croissants de mermelada caseros.
Aunque es muy sencillo, os cuento cómo los hicimos nosotros, la verdad es que es un plan perfecto para cocinar con niños porque necesitas muy poquitos elementos, casi no ensucian y se pasan entretenidísimos toda la tarde:
Ingredientes:
– Masa de hojaldre (nosotros la compramos preparada)
– Mermelada Cremosa La Vieja Fábrica (nosotros utilizamos la de sabor Melocotón y la de sabor Fresa)
Modo de hacer:
1. Lo primero que hay que hacer es extender bien la lámina de hojaldre en una mesa previamente espolvoreada con un poco de harina y pasarle el rodillo: una de las cosas con la que mejor se lo pasan los niños al preparar esta receta;
2. A continuación, hay que cortar la masa en forma de triángulos, que nos servirán para preparar los croissants;
3. Se prepara para los niños un poco de la mermelada que prefieran (Jose quería probar la crema de mermelada de melocotón, las niñas optaron por mermelada de fresa) y se les van dando los triángulos de hojaldre: Ya os podéis imaginar que no esperaron a que los croissants salieran del horno para ponerse tibios a mermelada y chuparse los dedos todo lo que pudieron… creo que fue lo que más les gustó de nuestro mini taller cocinero: meter los dedos en la mermelada para comérsela y que nadie les dijese nada 😉
4. Como podéis ver en la imagen animada, simplemente tienen que poner un poco de mermelada en el centro del croissant, extenderla un poco (los míos se pasaban extendiendo, para qué nos vamos a engañar) y comenzar a enrollar desde la base del triángulo hasta la punta;
5. Se repite el proceso de hacer «rollitos» de hojaldre rellenos de mermelada tantas veces como croissants se quieran y se ponen en una rejilla cubierta con papel de horno. Opcionalmente se pueden barnizar con huevo batido.
6. Y ahora al horno: en teoría son 30 minutos a 180º o «hasta que estén dorados… yo os aconsejo vigilar, porque ya veis que a nosotros se nos quemaron un poquito: es lo que tiene estar pendiente de 5 niños a la vez que miras el horno, no todo nos iba a quedar perfecto 😉 De todas formas, os aseguro que merendaron los croissants de hojaldre caseros que nos habíamos preparado y que les chiflaron: ya están preguntándonos cuándo volvemos a jugar a los cocineros.
En cuanto a la crema de mermelada de La Vieja Fábrica, os cuento: como sabéis, yo no soy muy de dulce, pero mi marido compensa la balanza: él empieza y no para, y la mermelada es una de las cosas que le pierden. La mermelada tradicional La Vieja Fábrica siempre ha sido su preferida (como podéis ver es la que utilicé al preparar la tarta de queso para su cumpleaños), así que él es más experto que yo en estas cuestiones, y realmente la nueva crema de mermelada, que probó al día siguiente en los croissants y en tostada (que es como más le gusta), le ha sorprendido por su textura y sabor y según él está «muy muy muy buena»: parece que coincide en la opinión de sus niños 😀
Ya me contaréis si alguna vez habéis probado a hacer croissants con los niños o si os vais a animar ahora que empieza el frío… ¡os prometo que se lo pasaron en grande!
– Mar
PD: Otra receta perfecta para cocinar con niños es la mejor receta de pan casero del mundo, o también estos huevos kinders caseros.
* Este post ha sido redactado en colaboración con La Vieja Fábrica, colaboración en la que nos encanta participar ya que habitualmente siempre hemos consumido esta marca en casa.
