Hace un tiempo instauramos en casa los viernes de pizza y peli con las niñas: cocinamos algo fácil, rápido y rico con ellas, elegimos una buena peli (creo que hemos visto ya todo el repertorio de princesas Disney…) y la vemos mientras cenamos. A ellas les encanta porque es «un día especial» y a nosotros nos gusta mucho ver cómo disfrutan sintiéndose mayores, ayudando con la cena y viendo una peli con sus padres «hasta tarde» (las pobres… a las 10 suelen estar en la cama ya ¡y les parece todo un mundo!). La idea no es nuestra: es de unos muy buenos amigos, y a ellos les debo también esta receta de guacamole casero que es muy facilita de hacer y que está de muerte. ¿El truco?
¡Los aguacates! Tienen que estar muy, muy maduros, pero no adelantemos…
Ingredientes
– 1 tomate rojo muy picadito
– 1 o 2 aguacates muy maduros (en función de la cantidad de guacamole que queráis hacer)
– Cebolla (con un cuarto de cebolla es más que suficiente) bien picada
– Cilantro (es un sabor muy especial, pero no dejéis de probarlo con él porque hay mucha diferencia)
– Una pizca de sal
– Lima o limón (opcional, pero ayuda a que no se oxide, sobre todo si vais a hacerlo con tiempo para tomarlo más tarde)
Pica muy bien los tomates y la cebolla, y resérvalos. Pela los aguacates y pártelos en trozos, ponlos en un bol y machácalos con un mortero o un tenedor: nada de batidora, si quieres que quede la textura esa esponjosa, machaca bien los trozos con la ayuda de un mortero o, en su defecto, de un tenedor; si los aguacates están muy maduros y blanditos verás que es mucho más fácil de lo que crees.
Añade el resto de ingredientes bien picaditos y remueve todo bien… ¡y listo!
Sírvelo con unos buenos nachos con bien de queso, ¡y a disfrutar!
¿Los habíais probado alguna vez? ¿Vuestra receta es distinta?
-María