«Mamá, yo desayuno un plátano que es más sano«, me dice esta mañana (son las 9.15 mientras escribo estas líneas) mi hijo de 5 años. Y mi cara se queda tal que así: 😶
¿Cómo enseñar a los niños a comer? El tema es que yo nunca he comido de forma especialmente sana (más allá de que siempre he comido comida casera y que no pruebo la bollería porque no me gusta el dulce) y durante un tiempo, como ya os conté, incluso hice oídos sordos a todas esas voces que nos cuentan que la comida que comemos hoy en día deja mucho que desear.
Más tarde llegaron los niños a mi vida, hace como un año una persona de mi familia se volvió diabética de forma sobrevenida, llegó Cata de The Good Food Company invitándome a descubrir el mundo de la comida ecológica y mi querida Marian (Boticaria García) contando las pestes del azúcar y decidí que igual era un poco (muy) irresponsable por mi parte no cuidar un poco más de lo que comían mis hijos.
No voy a engañar a nadie: la mayoría de mi compra actualmente no es comida orgánica, en mi despensa siguen colándose de vez en cuando galletas Príncipe y no soy un ejemplo para nadie en esta materia. Pero he cambiado ciertos hábitos. «Al menos hay unos mínimos», me decía Cata, como comprar sólo huevos camperos, pollo de corral, que cocinamos en casa casi todas las galletas que comen o que toman tostadas con aceite, como me recomendó Marian, y no sólo con margarina.
Y al margen de «mis cambios» en la compra o en la cocina, lo que os quería contar es que a los niños, cuando les enseñas a comer ( y a mí me queda todavía un largo camino) y les explicas las cosas, aprenden. Y eligen plátano para desayunar en lugar de galletas con chocolate, aunque les gusten más.
Cuando a los niños les explicas las cosas, aprenden, y esto también aplica a aprender a comer.
Antes yo decidía lo que desayunaban, lo que merendaban (a diario comen en el cole) y lo que cenaban. Si no les gustaba por ejemplo algo con verdura, se lo comían «porque se lo tenían que comer». Ahora les explico por qué es importante que coman verdura. Saben qué es la diabetes. Conocen la importancia de comer fruta. Entienden que no pueden comer tantas cosas con azúcar y que el ketchup, aunque no lo vean, también lleva azúcar. Y, para mi sorpresa, he de decir que se autocontrolan bastante.
No es un proceso rápido y no eligen desayunar fruta todos los días, y aún se quejan si van por el supermercado y les digo que no podemos comprar todas las galletas de muñequitos que ven en los estantes porque tienen mucha azúcar, pero la cosa va mejorando y cada vez entienden e interiorizan más las cosas, e incluso se sienten muy orgullosos de que, aunque no les guste el brócoli, lo comen en la tortilla «porque así está muy rico y es muy bueno para la salud«, como les cuentan a los abuelos.
Una de las charlas que me ayudó mucho para enseñar a los niños a comer y me convenció todavía más de la importancia de hacerlo fue la Ted Talk Teach every child about food, del grandísimo Jamie Oliver, ¿la habéis visto? Si no es así, os la recomiendo mucho, pero mucho. En el vídeo que he puesto de Youtube está en inglés, pero en la web de Ted podéis verla con subtítulos en español.
¿Cómo lo hacéis vosotros? ¿os preocupa este tema? ¿también intentáis implicar a los niños en sus decisiones con respecto a la comida? Ya me contaréis si tenéis más recursos interesantes para padres o para niños sobre cómo enseñar a los niños a comer 😉
PD: Muchísimas gracias por todas las ideas que me disteis para De Raimundo, ahí estamos todos dándole una vuelta a ver qué podemos aplicar, ¡ya os contaré!.
PD: 10 ideas para cenas que no fallan, comida ecológica y 20 sitios para comprarla y cómo hacer que los niños coman verdura.