Como buena «princesa», mi hija es adicta a pintalabios, coloretes y demás pinturitas que va recopilando aquí y allá y que yo, como madre que soy, voy guardando a buen recaudo en cuanto ella se despista, porque si por ella fuera saldría hecha una cromo todas las mañanas. Así que esta semana, harta de que se pintarrajeara la cara -y la de su hermana-, y viendo que había rescatado como «gran juguete del verano» un espejito de Hello Kitty regalo de su tía prefe, tiré de memoria y me acordé de una idea que había visto por Internet (siento no poder citar la fuente esta vez, pero no he conseguido acordarme de dónde lo saqué…): pinturas para niñas, hechas en casa. Como véis en las imágenes, basta con tener un pintauñas de color chillón (yo tenía este que compré en Mercadona y estaba ya medio gastado), el recipiente que vayáis a usar para poner el «colorete»… ¡y listo! Poned una segunda capa si veis que hace falta. Eso sí, os aconsejo que lo hagáis en una habitación abierta y que lo dejéis un buen rato ventilando antes de dárselo para que jueguen (yo lo dejé toda una mañana en la ventana de mi cuarto), que los pintauñas huelen muy fuerte. No os podéis imaginar el éxito con las niñas… ¡y el respiro que me han dado a mí! Tan pronto es un colorete como un pintalabios con el que nos han «pintado» a todos por casa.

Mi siguiente paso es dejar secar el bote del pintauñas, limpiar bien el cepillito con quitaesmalte, y dárselo para que se «pinten» las uñas. ¡Prometo fotos después!

-María