Cómo jugar con plastilina Play-doh como nunca antes lo habías hecho
Desde que era pequeña, siempre me han gustado las tecnologías.
Recuerdo jugar con el ordenador Amstrad de mis hermanos mayores simplemente a teclear las letras. Cuando me vine a Madrid mi padre me regaló mi primer ordenador portátil (era de los primeros que hacían) y me hizo la persona más feliz del mundo, y soy la típica que siempre está al día de todas las novedades tecnológicas, aunque suene un poco «friki».
Por eso, y como no podía ser menos en una fan de las tecnologías, mis hijos utilizan el Ipad de vez en cuando, siempre con apps que creo que les permiten aprender cosas a la vez que se divierten.
Como os digo, siempre ando investigando novedades, y hace poco empecé a observar una tendencia dentro del mundo de las tecnologías que me parece alucinante: la capacidad de mezclar el mundo físico con el mundo digital.
Aunque todavía queda mucho camino por recorrer, ya hay algunos que están consiguiendo esa fusión, y como no podía ser de otra forma, los niños alucinan (y confieso que, muchas veces, yo también).
A mis hijos les flipa la plastilina, ¿hay algún niño al que no le guste? Para ellos, es como tener el poder en sus manos. Un material que pueden modelar a su antojo y que les permite crear absolutamente todo lo que quieran, ¿qué más pueden pedir?
Pues gracias a Playdoh, que siempre ha sido nuestra marca de referencia en plastilina (no hay otra igual y lo sabéis :D), ahora pueden pedir más cuando juegan con plastilina.
Pueden pedir que sus creaciones cobren vida.
¿Os imagináis? Pero entonces… ¿Cómo jugar con plastilina y quedarse con la boca abierta? Pues amasan la plastilina. Hacen una bola. Le ponen ojos, brazos, boca. Crean un pequeño monstruíto. O un dinosaurio. O una princesa.
Y luego…